Lo veníamos sospechando, y lo ha confirmado recientemente el guionista del memorable Barrio Sésamo. Y es que el roce hace el cariño.
Ni siquiera esas dos camillas separadas han podido seguir ocultando una gran verdad; que Epi y Blas no eran amigos, ni compañeros de piso, ni siquiera primos. Eran novios y residentes en Barrio Sásamo.
Mark Saltzman, su guionista, ha gritado a los cuatro vientos que cuando escribía sus historias pensaba en ellos como pareja. Guiones que se inspiraban en su propia relación con el montador de cine Arnold Gassman.
"Cuando escribía Epi y Blas, cuando pensaba en ellos, eran pareja. No tenía otra forma de concebirlos, de contextualizarlos", señala el guionista en declaraciones a queerty.com.
Mark supo polarizar la esencia de su propia historia de amor en estos dos entrañables personajes: "Yo era más como Epi, el bromista y caótico. Mientras que Arnold, como editor de cine, era el ordenado. Llevé esa dinámica a los personajes", concluía.
Epi y Blas aparecieron en 1968 para hacer sonreir y transmitir valores como la amistad y el respeto a grandes y a pequeños de todo el mundo.
Ahora salen, casi 50 años despúes, por fin del armario, para ser libres, para juntar las camas o para comprarse un colchón extra grande y así dar rienda a su amor y a su pasión.
Nos encantan ellos, sus camisetillas de rayas, sus voces, sus mensajes, sus peleas a lo Ropper, su historia de amor real como la vida misma.