El amor está en el aire. Flota en los rincones de las grandes ciudades y en las calles de los pequeños pueblos. Late en los corazones de los adolescentes y vibra en las almas de los más viejos. Es el motor principal del reino animal.
Los humanos somos animales a dos patas y como tales, tenemos nuestros rituales de cortejo previos a mantener relaciones sexuales o querer conquistar a esa persona que nos ha despertado sentimientos.
Seguro que si a más de uno o de una nos fotografiaran en nuestros procesos amatorios o durante el desarrollo de nuestros juegos sexuales, las capturas serían igual de curiosas, divertidas o salvajes que estas que muestran a dos leopardos en mitad de sus escarceos.
Las instantáneas fueron tomadas en el Land of the Leopard, un parque nacional en Primorsky Krai en el lejano oriente ruso, que cubre un área de 2.799 km2 al oeste del río Razdolnaya. Se estableció para proteger al leopardo de Amur, que en ese momento era el felino más raro del mundo con una población estimada de 30 ejemplares.
Tal y como cuenta el personal del parque, el leopardo veterano Valera de 13 años tuvo una cinta con una joven hembra y una cámara oculta capturó el encuentro de los leopardos, sus juegos preliminares y el proceso de apareamiento.
Estas curiosas imágenes nos muestran la belleza salvaje de esta especie que a principios de nuestro siglo estaba al borde de la extinción. Como resultado de la caza furtiva y los incendios, el vasto hábitat de esta bestia se había reducido a una estrecha franja en el suroeste de Primorsky Krai.
Para entonces, existía aquí una reserva natural Kedrovaya Pad y varios criaderos, pero solo la expansión del área protegida y la gestión integrada de los territorios naturales existentes podrían resolver el problema de la conservación de este felino único.
Ojalá que no se extinga nunca ninguna especie y ojalá que no se extinga nunca el amor.