Entre los objetivos vitales que cada uno elegimos alcanzar, hay muchos y muchas que creen que no podemos morirnos sin escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol... o 30.000.000 millones de ellos.
El turco Hikmet Kaya, un jefe de gestión forestal jubilado, ha llevado esa máxima vital al extremo repoblando una zona que anteriormente era árida.
Mano a mano con su equipo y los aldeanos, Kaya plantó 30.000.000 de árboles jóvenes durante el transcurso de su mandato. Mucho después de su jubilación, estos árboles han seguido creciendo y hoy, esta tierra árida y escalonada ha sufrido una transformación increíble.
Durante los 19 años que duró el proceso de la forestación, Kaya nunca dejó de trabajar. 41 años después de que comenzara este ambicioso proyecto de forestación, regresó a una tierra que ahora luce exuberante con una fotografía en la que se muestra el antes y el después.
Es un maravilloso ejemplo para el resto del país. Según Global Forest Watch, Turquía ha visto una disminución del 5,4 % en la cubierta arbórea desde 2000. La deforestación fue la causa principal de gran parte de esta disminución, por lo que es fundamental contribuir a su reversión.
La lucha contra la deforestación a menudo se reduce a cambios en las políticas gubernamentales, lo que hace que sea importante que las personas sepan a quién votan y se aseguren de que se escuchen sus preocupaciones ambientales.
Aún así, eso no ha impedido que millones de personas desde India hasta Ghana y China, estén asumiendo la causa y plantando árboles para marcar la diferencia y hacer del planeta el lugar habitable que fue.
