Cuando en la novela de Lewis Carroll, Alicia veía a un conejo ir con mucha prisa de un sitio para otro, pensábamos que esa situación surrealista formaba parte de la fantasía literaria que es 'Alicia en el país de las maravillas'.
Pero no, la realidad siempre supera a la ficción y esa imagen que tenemos de las lechuzas observando con pose hiératica desde la rama de un alto árbol, acaba de ser desmontada por esta divertida captura que ha conseguido la fotógrafa de vida silvestre, Hannie Heere.
En ella, podemos ver a una cría de lechuza corriendo por la hierba. La pequeña ave parece que llega tarde a algún sitio, quizás al colegio tras habérsele quedado pegadas las ramas del nido.
Heere tiene 63 años y vive en la ciudad de Dordrecht en los Países Bajos. Aunque ha disfrutado de la fotografía durante toda su vida, no comenzó a tomársela en serio hasta que sus hijos se hicieron adultos y se fueron de casa. En 2016, comenzó a ir a cursos y a talleres y se centró en la fotografía de naturaleza y de vida silvestre.
Un día cualquiera, Heere estaba disparando con su cámara cuando vio a una pequeña lechuza muy cerca. Era esponjosa con el peculiar plumón blanco que reemplaza con plumas maduras a medida que crece y aprende a volar.
Las lechuzas comunes comienzan a batir sus alas a las siete semanas, hacen vuelos cortos alrededor del nido a las ocho semanas y se convierten en voladores competentes a las diez semanas, momento en el que se ven como lechuzas comunes adultas.
Sin embargo, antes de aprender a volar, los búhos bebés trabajan en el desarrollo de sus músculos, y esta lechucita en particular aparentemente había decidido salir a entrenar esa mañana.
"Estaba tirada en el suelo.Tomé la foto desde una distancia de entre cinco y seis metros", explica Hannie. La instantánea no puede ser más curiosa y más divertida.
Hannie Heere: Facebook
h/t: PetaPixel