París, 1960: Fotografías que nos recuerdan que la minifalda fue revolucionaria

Afortunadamente y a pesar de todo lo que queda por hacer, cuesta creer que llevar una falda corta fuera considerado en su día un atrevimiento.

La aparición de la minifalda hizo temblar no solo las bases de la moda, sino también los "principios morales" de gran parte de la sociedad.

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Durante uno de sus desfiles, en 1965 el diseñador francés André Courreges presentaba esta prenda con el fin de que su estilo de ropa fuera acorde a la mujer moderna de la década.

Courreges quería transmitir una forma de vestir moderna y sencilla, era la primera vez que se empezaba a ver un largo de falda que subiera por encima de la rodilla.

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Las nuevas generaciones enseguida se apuntaron a la tendencia que rechazaba de lleno los convencionalismos de la época y ponía fin a la ropa interior rígida y las cinturas ceñidas.

Otra figura importante en esta "revolución" fue la diseñadora Mary Quant, quién llegó a ver atacada Bazaar, su boutique ubicada en la calle londinense de King's Road. ¿La causa? La venta de unas faldas aún más cortas que las de Courreges -hasta la mitad del muslo- y medias de nylon.

Pronto la calle la adoptó la minifalda no solo como la prenda de moda sino como todo un icono de transgresión de la moral imperante y un objeto de empoderamiento femenino que junto a otros avances importantes empezaron a avanzar por el necesario camino del feminismo en el que aún seguimos.

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