La icónica revista de entretenimiento para adultos no siempre tuvo como imagen cuerpos sugerentes.
La década de los años 50 no fue lo que se dice del todo muy libertaria a la hora de la sexualidad y, para comprobarlo, tan solo hace falta echar un vistazo a las portadas de Playboy de la época.
Collages, conejos dibujados en diferentes actitudes, mujeres tapadas con recortes y, en ocasiones, completamente ausentes de las imágenes… Las portadas de la revista de entretenimiento para adultos por excelencia no tuvieron unos comienzos demasiado sórdidos.
Fundada en 1953 en Chicago por Hugh Hefner, la publicación comenzó como una tirada semanal, con entrevistas a llamativos personajes públicos. Artistas, arquitectos, economistas, compositores, directores de orquesta, directores de película, periodistas, escritores, figuras religiosas, atletas y políticos son algunos de los versátiles perfiles que protagonizaron sus primeros números.
Porque aunque Playboy es recordado por todos como una revista erótica llena de desnudos, en realidad sus inicios trataban el tema del placer desde una perspectiva bastante más amplia: las vicisitudes mundanas y soñadas por los hombres.