El buceador Joseph Elayani se encontró sin buscarlo con estas maravillosas imágenes mientras estaba sumergido en las aguas de la isla de Romblon, en Filipinas.
Se trataba de dos pulpos manta que brillaban en medio de la oscuridad del mar con unas figuras que parecen recrear los colores de un arco iris irisado. El nombre de esta especie viene dado por la membrana ondulante que recubre sus tentáculos.
Cuando estos pulpos se sienten amenazados estiran este tejido creando una silueta fantasmagórica para ahuyentar a sus enemigos potenciales.
El misterio rodea a estos peculiares cefalópodos, incluido su ritual de apareamiento, tras el que el macho suele morir. Estos suelen medir una pulgada de largo (unos 2,4 cm), mientras las hembras pueden crecer hasta alcanzar los 6 pies de largo, unos 2 metros, y pesar hasta 40.000 veces más que los ejemplares machos.
Estas imágenes fueron capturadas el 5 de abril y se cree que el rápido cambio de color de los animales es una reacción de adaptación a la diferencia de iluminación del equipo de cámara, lo que da lugar a este espectáculo de luces vibrantes.