La película no es sólo una de las cintas más controvertidas y polémicas del director italiano, sino de la historia del séptimo arte.
Pier Paolo Pasolini fue uno de los cineastas más revolucionarios y visionarios de la historia del cine. Rodó Saló o los 120 días de Sodoma basándose en una obra del Marqués de Sade, adaptándola a la Italia posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Esta metáfora violenta, cruel e inenarrable del fascismo, el consumismo y las miserias del capitalismo, además del Marqués de Sade, tuvo otros referentes peculiares y aberrantes que forman parte de una curiosa bibliografía.
Gracias a Pijama Surf.
La bibliografía la solemos asociar con obras escritas, potencialmente en todas sus variantes, aunque sean de preferencia aquellos textos cuya intención principal es explicarnos algo. De un ensayo, un artículo o una obra más extensa, esperamos encontrar las referencias que ejemplifican o sustentan sus argumentos, sus hipótesis, sus contraargumentos, etc.
Por el contrario, para una obra de ficción no esperamos un listado bibliográfico. ¿Cuál sería la bibliografía del Quijote o de La metamorfosis? Y, sin embargo, en cierto sentido, toda obra realizada tiene, de alguna manera, una bibliografía.
Un ejemplo interesante es la película Salò o le centoventi giornate di Sodoma del director italiano Pier Paolo Pasolini, estrenada en 1975.
Como su propio título indica, la cinta es una adaptación del libro Las 120 jornadas de Sodoma o la escuela de libertinaje, de Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como el marqués de Sade, escrita en 1785. Aunque cabe anotar que la cinta es una versión libre de Pasolini.
El hecho curioso es que, al inicio del filme, Pasolini incluyó una “bibliografía escencial” que se supone que es también una bibliografía recomendada para el espectador, acaso para apreciar o comprender mejor la cinta del italiano. La ficha indica los siguientes títulos:
- Roland Barthes, Sade, Fourier, Loyola
- Maurice Blanchot, Lautréamont y Sade
- Simone de Beauvoir, ¿Hay que quemar a Sade?
- Pierre Klossowski, Sade mi prójimo
- Philippe Solers, La escritura y la experiencia de los límites
Como puede verse, se trata de una lista sumamente contemporánea al propio Passolini, una época particularmente fértil para el medio intelectual europeo, en particular en Francia, donde el estructuralismo dio lugar a algunas obras capitales para disciplinas como la filosofía, la teoría y la crítica literarias, la teoría del arte y otras afines.
Si bien la interpretación general de dicho listado es que se trata de una especie de broma o un gesto irónico de Pasolini, ya que hasta cierto punto no es imprescindible leer esas obras para ver y apreciar Salò, los títulos son suficientemente interesantes por sí mismos para consultarlos o al menos preguntarse qué motivo tuvo el cineasta para sentir la necesidad de incluir una ficha bibliográfica al inicio de su película.
Y tú, ¿por qué crees que Pasolini añadió este peculiar listado de libros como introducción a una de las películas más controvertidas de la historia del cine?