Esta es la forma en la que deseaba ser recordado: esta fue su última sesión de fotos hechas para promocionar su nuevo álbum Blackstar. Fueron realizadas por el fotógrafo Jimmy King el 7 de diciembre de 2015.
En ellas, el irremplazable Bowie sonríe abiertamente, rebosante de confianza. Nos deja una vez más pasmados..
El 10 de enero de 2016, dos días después de su 69 cumpleaños y la publicación de Blackstar, el genial Bowie murió de un cáncer de higado en su apartamento de Nueva York. Se le había diagnosticado dieciocho meses antes, pero no lo había hecho público.
El director de teatro belga Ivo van Hove, quien había trabajado con el cantante en el musical Off-Broadway Lazarus, explicó que Bowie no pudo asistir a los ensayos debido a la enfermedad. Comentó que Bowie siguió trabajando durante el proceso de la misma.
Tony Visconti, su productor, sobre el fallecimiento de su amigo David Bowie:
“Siempre hizo lo que quiso. Y quiso hacerlo a su manera y hacerlo de la mejor manera. Su muerte no ha sido diferente de su vida: una obra de arte. Hizo “Blackstar” para nosotros, su regalo de despedida. Durante un año supe que esta era la manera en que se marcharía. Sin embargo, no estaba preparado para ello. Fue un extraordinario hombre, lleno de amor y vida. Siempre estará con nosotros. Pero ahora, es apropiado llorar.”
Después de su muerte, sus seguidores se reunieron en santuarios callejeros espontáneos. Y lo siguen haciendo.
En el barrio de Brixton, en Londres, su ciudad de nacimiento, hay un magnífico y ya mítico mural que muestra a Bowie como su personaje creado para su álbum Aladdin Sane. Sus seguidores siguen dejando allí flores y cantando sus canciones.
Bowie insistió en que no quería un funeral y según su certificado de defunción fue incinerado el 12 de enero en Nueva Jersey.