El día en el que Dostoievski descubrió el sentido de la vida
Pocos escritores en la historia han sido capaces de tener una experiencia más profunda, compleja, trágica y espiritual que Fiodor Dostoievski, el gran escritor ruso.
Pocos escritores en la historia han sido capaces de tener una experiencia más profunda, compleja, trágica y espiritual que Fiodor Dostoievski, el gran escritor ruso.
¿La forma en que reímos es una síntesis de nuestra historia y nuestra subjetividad?
Para León Tolstói, considerado ampliamente como uno de los escritores más importantes de la literatura universal, una vida de virtud y sobriedad implica, necesariamente, tomar ciertas decisiones.
El gran Max Richter, celebrado compositor contemporáneo, hizo este homenaje a una de las artistas más brillantes del la historia.
¿La vida puede vivirse como un proyecto, con metas y objetivos bien definidos? ¿O esa pretensión no hace más que marchitar su vitalidad?
En estas pocas líneas, el filósofo emperador Marco Aurelio exhibe la futilidad del nacionalismo.
El premio Nobel de Literatura 2006, Orhan Pamuk, describe su primer encuentro con la obra de Dostoievski como un momento capital de su existencia.
Podríamos decir que la forma en la que reímos es una síntesis entre nuestro pasado y presente con nuestra subjetividad.
La risa también habla de nosotros y el gran Fiódor Dostoievski, quien en su novela El adolescente (1875) dedicó algunos párrafos a la risa como huella, individual pero también colectiva, ya reflexionó sobre este gesto universal. Desde su pesimismo, el ruso siente nostalgia de una época casi bucólica en que las risas eran francas, resultado de la bondad absoluta.
Ser culto, una cualidad que puede ser polémica y aun peyorativa, pertenece sin embargo a un modo de ser y estar en el mundo que naturalmente nos hace más buenos, mejores, más humanos, o al menos así es como lo entendió el gran escritor ruso Antón Chéjov.