Muchas veces, para saber que nos deparará el futuro, solo hay que echar la vista atrás y rebuscar en el pasado para explorar en la literatura y el arte que inventaron e idearon unas cuantas mentes visionarias.
La luz solar ha muerto. La única iluminación que existe en esta distopía es la que se escapa sutuilmente de los letreros de neón que permanecen vivos en el corazón de las ciudades deshabitadas.
Casa Sperimentale parece atrapada en una extraña paradoja temporal.
Hay una clara tendencia por renovar y reinventar iconos antiguos dándoles una línea más acorde a los nuevos tiempos; las modas en todas las áreas son cíclicas, y en el terreno del motor no iba a ser menos.
El arte sirve como un vehículo de expresión y creacion en el que se dan de la mano referencias, conceptos y procesos que componen ideas que, en apariencia, son irreconciliables, pero, de repente, se hacen posibles.
Es más que probable que en un futuro muy cercano e, incluso, en un presente inminente, las nuevas arquitecturas vanguardistas de aspecto futurista convivan en armonía con monumentos y paisajes de nuestras civilizaciones milenarias.
Todos los que amamos la ciencia ficción, fantaseamos con poder estar dentro de esas naves espaciales blancas y minimalistas llenas de luz y formas imposibles en las que dejar volar la mente por el cosmos; ese sitio existe y no es el escenario de un plató de cualquier estudio en Hollywood, se ha materializado en forma de librería en China.
Wanda Wulz (1903-1984), fué una fotógrafa experimental italiana. Un gran ejemplo de su trabajo, es el montaje de su autorretrato con el retrato de un gato. Se unió al movimiento futurista tras conocer, en una exposición de arte, a Filippo Tommasso Marinetti.