Aunque la teoría de Darwin apoya que el hombre proviene del mono, nosotros tenemos cada vez más claro que el hombre ha sufrido una clara involución, que los animales están mucho más humanizados que nosotros.
Esta noticia es totalmente real y, estamos seguros de que haría las delicias del mismísimo Steven Spielberg porque podría ser perfectamente un crossover entre dos de sus títulos más míticos, "Tiburón" y "Jurassic Park".
Todos los intentos, los proyectos, las iniciativas o las campañas que se hagan para combatir la cantidad ingente de plástico que está acabando con la vida de miles de especies marinas, no son suficientes.
La naturaleza está llena de especies animales de innegable majestuosidad que tristemente están desapareciendo por las prácticas ilegales y la deshumanización que nos caracteriza.
La realidad, siempre, y decimos siempre, va a superar a la ficción más desacabellada y llena de fantasía porque hay situaciones y casualidades que se dan sin más y nos dejan ojipláticos.
Las vacas de raza Highland, apodadas así porque suelen ser procedentes de las regiones de las Tierras Altas en Escocia.
La naturaleza regala momentos únicos llenos de belleza, sensibilidad o singularidad y, gracias a los avances tecnológicos en el medio audiovisual podemos ser testigos de ellos como nunca antes lo habíamos hecho.
Un buen fotógrafo sabe que la naturaleza, sus animales, sus colores, sus diferentes medios y su luz, poseen una fuerza visual incomparable que puede proporcionar instantáneas únicas y poderosas que, quizás, se den sólo cada cierto tiempo y que merece la pena inmortalizar.
¿Qué duda cabe de que la naturaleza está llena de criaturas de inusitada y extrema belleza? Muchas más de las que podemos imaginar, muchas más de las que hemos visto, muchas más de las que conocemos, muchas que sólo se dejan fotografíar cada cierto tiempo, cada 100 años por ejemplo.
Si tenéis gatos, habréis podido observar la increíble habilidad que tienen para andar por superficies estrechas o para mantener el equilibrio mientras duermen profundamente en espacios reducidos, y es porque viven con la tranquilidad de tener siete vidas y de que siempre caen de pie.