Las estatuas, a lo largo de la historia, se realizaban para rendir culto a dioses o héroes de guerra o incluso para dar forma humana a conceptos abstractos como la libertad o la justicia.
Con el paso del tiempo, el concepto original de las estatuas se ha diversificado y se han convertido, también, en la materialización artística de figuras populares en diversos terrenos artísticos como la música o el cine.
En resumen, una estatua es la réplica (en diferentes materiales que pueden ir desde el bronce hasta el mármol) de alguien que ha supuesto un hito de alguna manera, y si nos ajustamos a esa idea ¿por qué no hay estatuas de Batman o Goku?
Imaginad que de aquí a unos años nuestras ciudades tuvieran integradas dentro de su patrimonio artístico, cultural y urbanísitico, esculturas de todos esos personajes que han poblado nuestros imaginarios infantiles y adolescentes.
Todos esos héroes de película, de cómic o de dibujos animados que nos han hecho soñar, fantasear e imaginarnos otros mundos muy diferentes al nuestro, podrían coronar fachadas, adornar plazas o custodiar edificios emblemáticos.
Algo parecido a esta idea que parece tan loca pero tiene todo el sentido del mundo, han llevado a cabo varios artistas en las calles de París.
El fotógrafo y diseñador digital francés Benoit Lapray en colaboración con el estudio 95 Magenta y Emmanuelle Vonck Lugand han creado un fantástico proyecto que reemplaza famosos monumentos y estatuas parisinas por personajes icónicos de la cultura pop que van desde Batman, Goku o Gandalf hasta Roger y Jessica Rabbit.
Mientras Lapray caminaba por las calles de París, este creativo fotógrafo tuvo la idea de crear una serie de capturas con la idea de integrar a los héroes de la cultura pop en el escenario de monumentos parisinos existentes.
Lapray rinde así homenaje a los creadores de los personajes que han inspirado nuestras vidas; congelando a estos ídolos modernos en enormes pedestales de piedra son elevados al rango de "monumentos".
"Para mí es una manera de subrayar que estos héroes de ficción son hoy parte del patrimonio cultural del mundo".
Además este proyecto fotográfico no es solo un experimento en lo conceptual sino también en lo formal y así lo explica Lapray, "Consideré esta serie como un verdadero laboratorio para la investigación de imágenes, donde se mezclan técnicas antiguas con los procesos más modernos, una nueva forma de ver la fotografía”.