La naturaleza sigue su curso, y a pesar del daño causado por la desastrosa acción del hombre, siempre conseguirá abrirse camino a nuestro paso.
La artista Stéphanie Kilgast explora a través de sus piezas la relación entre el hombre y la naturaleza. En su serie ‘Discard Objects’ esta escultora francesa imagina un mundo vibrante y postapocalíptico cubierto de corales, hongos y musgo exuberante.
Utilizando dispositivos baratos y recipientes desechables que tienden a durar más que su función original, Kilgast crea conjuntos de arcilla pintada que están llenos de colores y texturas fantásticas: los hongos brotan de un tubo de pintura vacío, las criaturas marinas envuelven una lata triturada y la vida vegetal cubre un par de auriculares con extravagantes ingredientes botánicos.
En cada una de las obras resalta el contraste entre el objeto desechado con el crecimiento natural, nos invita a reflexionar así sobre un universo que al mismo tiempo está desprovisto de humanidad, pero aún está estropeado por sus desenfrenados hábitos de consumo.
“En ese sentido mi trabajo es alegre. Elimino la raíz del problema, nosotros, y dejo que todas las demás especies crezcan sobre nuestros errores ”, comparte la artista.
Cada elemento individual es esculpido a mano cuidadosamente en arcilla polimérica o epoxi. Una vez que son colocados en su lugar, Kilgast pinta estos pequeños componentes con tonos vibrantes, haciendo que toda la pieza cobre vida.
“Con mi elección de colores atrevidos y vibrantes, ofrezco un colorido mundo postapocalíptico. La naturaleza misma está llena de colores brillantes. Es inherentemente hermoso, y mi trabajo es una oda a todas las especies vivas y existentes, excepto a nosotros”, dice Kilgast.
Con sus creaciones la artista quiere abrir una nueva línea de discusión sobre el desastroso impacto de las actividades humanas, pero marcada por un sentimiento de alegría y esperanza que nos aliente a seguir luchando.