Frank Plant es un escultor estadounidense afincado en la ciudad condal. El acero soldado ha sido siempre su material favorito.
«Hago dibujos en hierro, plancha y varilla doblado y soldado a mano y a veces incorporando otros materiales. Simples lineas trazando imágenes de objetos, personas y situaciones», explica Plant.
Estudió escultura en la Universidad de las Artes en Filadelfia, Pensilvania. Al terminar, en 1993, se trasladó a Amsterdam y durante este período comenzó a desarrollar sus dibujos en acero. Son estructuras sencillas y directas en las formas, con composiciones de objetos y situaciones cotidianas.
«Mi trabajo trata de observaciones físicas y sociales. Pienso en las cosas en términos de composiciones, ya sea un objeto, una línea de texto o una situación social. Para mí es importante que el trabajo sea abierto y accesible», explica el artista.
Descubrió las posibilidades del acero a raíz del encargo de un amigo para decorar su restaurante, así empezó a desarrollar un lenguaje premio a medio camino entre las esculturas tridimensionales y las piezas bidimensionales, dimensión 2.5 lo llama.
También utiliza otros materiales como bloques de hormigón, fotografía u objetos que encuentra por ahí, pero siempre los mezcla con hierro. Le encanta el contraste de lenguajes, así como mojarse con las circunstancias sociales y políticas.
El artista considera que es importante, sobre todo para enviar mensajes universales. «Me ha imbuido un sentido de conciencia social y, por lo tanto, elijo abordar estos problemas, como los veo, a veces en mi trabajo. Para mí, encontrar y examinar las formas sutiles de comunicación de los humanos y entre ellos se trata de exponer el equilibrio y la simetría o la falta de ellos en nuestra existencia cotidiana», argumenta Plant.
Armonía, discordancia y compromiso, así es el trabajo de Frank Plant.