Quizás sea un sueño recurrente ese de poder ser un pájaro para tener la libertad absoluta de volar y surcar los cielos mientras disfrutamos de asombrosas vistas o del viento en la cara.
Pero aunque las leyes de la naturaleza, de la evolución y de la biología nos han impedido volar como ellos, las leyes de la imaginación y de la creatividad nos permiten vivir como ellos, gracias al trabajo del escultor y artesano Charlie Baker.
Baker, con sede en Brooklyn, mezcla ramas rebeldes y ramitas en esculturas e instalaciones a gran escala que resaltan la curvatura natural de sus materiales forrajeros y que nos traen a la cabeza la adaptación cinematográfica de la obra de Maurice Sendak, 'Where the wild things are'.
Ya sea cubriendo una esfera perfectamente redonda de madera o construyendo un nido en la copa de un árbol construido para personas, él visualiza espacios discretos hechos de madera que domestica retorciéndola y anudándola para darle nuevas utilidades.
Baker tiene experiencia en diseño de paisajes, una práctica paralela que continúa influyendo en su trabajo. “Estoy constantemente considerando cómo interactúan mis creaciones con su entorno, cómo se relacionan con la naturaleza. Con mi obras de arte, no es diferente".
“Me gusta la sensación de movimiento que crean las piezas con curvas porque, para mí, me da la sensación de que la obra de arte está viva, creciendo”, dice.
Actualmente, está trabajando en algunos proyectos, incluido un elaborado huerto, una plataforma de árbol para niños y esculturas más pequeñas, que muestran nuestros vínculos con la naturaleza y nuestra manera de relacionarnos con ella.
Por aquí os dejamos un vídeo que muestra el trabajo de Baker
Charlie Baker: Web