Igual la comparación es bastante friki, pero imaginad por un momento que en el "Jurassic Park" del multimillonario John Hammond sustituimos los depredadores prehistóricos por esculturas colosales de arte contemporáneo.
Si además, también cambiamos la isla de Kaui, donde se rodó parte de la popular franquicia, por el norte de Auckland, Nueva Zelanda, obtenemos el curioso parque-granja Gibbs Farm.
Para todos aquellos a los que les guste disfrutar del arte mimetizándose con un entorno natural de belleza desmesurada plagado de expansivas piezas producidas con respeto a la tierra, Alan Gibbs ha creado este lugar único.
Gibbs decidió encargar algunas obras sin precedentes tras comprar una parcela de mil acres en el puerto de Kaipara. Este multimillonario hombre de negocios ya era un ávido coleccionista antes de lanzar su parque de esculturas privado.
El escenario de este compendio artístico supone un desafío a la inspiración de los artistas que deciden ubicar allí sus obras de arte, ya que tiene que repensar sus visiones y adaptarlas de acuerdo al sitio.
Lo que es realmente cautivador de la propiedad, es que cada visitante puede disfrutar de la forma en que toda esta galería al aire libre encaja demográficamente con las montañas, las colinas y los barrancos cercanos.
Junto a las esculturas de numerosos artistas aclamados por la crítica de Nueva Zelanda y el extranjero, la granja también alberga animales exóticos como emús y jirafas, así como un garaje donde los visitantes pueden observar el Gibbs Aquada, un vehículo anfibio de alta velocidad, o la instalación llamada 'Grief', erigida por el arquitecto y yerno de Gibbs, Noel Lane.
Entre las obras de arte expuestas, se puede 'Te Tuhirangi Contour' de Richard Serra que se extiende en forma cóncava y convexa por todo el vasto paisaje, 'Mud Opera' de Tony Oursler o la minimlaista constelación de Kenneth Snelson hecha de barras de hierro llamada 'Easy'.
Pero estas son solo unas mínimas muestras de la colección que tiene Gibbs en propiedad en este espacio que se ha hecho realidad en colaboración con el ya mencionado Noel Lane y un equipo de ingenieros cualificados.
Alan Gibbs se convierte así, en una de las pocas figuras en el mundo del arte contemporáneo que realmente comprende los objetivos del artista y las demandas requeridas para la realización de sus ideas y además ofrece acceso gratuito, una vez al mes, a su paraíso terrenal.
Os dejamos un vídeo para que hagáis un pequeño recorrido por Gibbs Farm
Gibbs Farm: Web
h/t: Wide Walls