1913, un año antes de la Gran Guerra, no era el mejor momento para la fotografía en color. Pero Mervyn O'Gorman se las arregló para tomar maravillosas fotos en color de su hija Cristina.
O'Gorman usaba placas autocromas, que utilizaban almidón de patata teñido sobre placas de vidrio, para filtrar los colores. También llamadas Autochrome Lumière, fueron patentadas en 1903 y comercializadas en 1907, y se mantuvieron como principal método para la fotografía en color hasta mediados de 1930.