La belleza total del mundo es imposible de percibir con el ojo humano. La inmensidad de cada rincón del planeta no podía ser procesada por nuestras mentes y nuestros corazones hasta ahora.
Gracias a lo que la tecnología ha avanzado en el terreno de la fotografía, se ha hecho realidad el sueño de poder tener vista de pájaro, de dejar de imaginar cómo sería el mundo si pudiéramos volar.
Y gracias también al talento de fotógrafos como Dimitar Karanikolov que, a través de sus instantáneas, nos invita a un viaje que nos lleva por la grandiosidad de los edificios más colosales o la sencillez de las fotografías más intimistas.
Con sede entre Bulgaria y el Reino Unido, Karanikolov es arquitecto de profesión a través de su estudio, Meshroom. Debido a la naturaleza de su profesión y a haber asistido a expediciones fotográficas especializadas en todo el mundo, ha desarrollado una gran pasión por la fotografía aérea y los viajes como pasatiempo.
Viendo cualquiera de sus capturas, creemos que Karanikolov bien podría hacer de su pasión su profesión. Myanmar o Birmania y la grandeza de sus templos son solo uno de los destinos que Dimitar ha visitado, pero también le gusta mostrar el momento en que alguien abre una ventana al mundo o reflexiona en una sesión de yoga en la naturaleza.
Desde templos budistas y bosques de Bagan, Yangon o Mandalay hasta la inmortalización de esos momentos con la naturaleza que nos hacen sentir vivos y vivas, el trabajo de Dimitar es un regalo para todos los sentidos, pero sobre todo para el de la vista que nunca se había sentido tan pleno.
Dimitar Karanikolov: Instagram
h/t: Design You Trust