El retrato como herramienta poética para expresar lo que late en su mundo cada día. Miradas, pieles, texturas y colores se unen en las composiciones de Dolores Luna, una fotógrafa comprometida con la belleza.
El obturador como pincel, el sensor como lienzo y el marco infinito delimitado por el punto en el que se desee hacer foco. El trabajo de la argentina Dolores Luna consta de un registro de personas que pasan frente a sus ojos a lo largo de la vida.
"Retrato sentimientos y expresiones con la cámara. Aquello que no se puede decir con palabras. Imágenes hablan de por sí solas, su estado sentimental y lo que sus retratados desean contarle con su mirada o ausencia de la misma, dándole plena libertad de expresión a cada uno de ellos".
Nacida y residente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, Luna es licenciada en fotografía por la Universidad de Palermo y especializada en retratos. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas desde 2018.
"A los quince años descubrí que podía ser protagonista del amor que sentía por la fotografía, al recibir como obsequio mi primera cámara. Casi sin pensar, mi corazón le decía a mi dedo índice que dispare, me aseguré de guardarme todas las imágenes que me hacían sentir algo".
Luna profesa en cada disparo una adoración por conservar el estado de las cosas en el tiempo y en congelar, eternizar, momentos para siempre.
"Me gusta coleccionar los momentos de mi vida como si fuesen figuritas que puedo volver a mirar una y otra vez, como si viajase en el tiempo todas las veces que quiera".