En pocas ocasiones a lo largo de la historia hemos tenido la oportunidad como espectadores de conocer con certeza lo que una obra significaba para su creador.
Por suerte, este hecho está cambiando en la actual era de la información. El fotógrafo almeriense Cristóbal Carretero Cassinello ha querido dejar constancia de lo que su última creación, la serie fotográfica Teleport, implica para él:
"Teleport es una serie fotográfica que nos hará soñar a la velocidad de la luz, nos hará cómplices del gran viaje argonauta de la materia a través del espacio-tiempo, descrito en las ecuaciones de la relatividad general de Albert Einstein. Agujeros de gusano que yacen en la invisibilidad aparente, nos revelarán una nueva realidad temporal, un pulso a la razón y la búsqueda quimérica del hombre de universos paralelos coincidentes en el pasado, presente y futuro".
A lo que sí estamos más acostumbrados como espectadores es a que críticos de arte nos proporcione su particular visión de determinadas obras.
Para el crítico Josep Fábrega Agea, Cassinello va más allá del documentalismo estricto; más que unos rasgos puramente formales y descriptivos, el fotógrafo entra en esa obsesiva voluntad de hacernos dudar sobre lo que es y lo que puede ser una imagen, y a la vez expandiendo los límites del vocabulario expresivo fotográfico hacia su personal visión surrealista de formas, color, luz, medios tonos y sombras. La materia prima de lo que llega a nuestra pupila y a nuestra interpretación intelectual.
En definitiva, la renovación de la fotografía de calle que apenas pocos autores están produciendo, es decir: el progreso del medio fotográfico a partir de su cuestionamiento.
La imagen como pretexto y soporte intelectual al servicio único del contenido intelectual o leitmotiv de cada proyecto. Dinamitar la realidad convencional con la nueva realidad fotográfica, a través de dípticos, ilusiones ópticas, contrastes de forma y sofisticados trompe l’oeil que, sin embargo, en su progresión dan coherencia y narrativa al proyecto.
En palabras del crítico, las imágenes o quizás deberíamos decir mejor, el material visual de Teleport nos lleva a una revelación de puertas ocultas del tiempo invisibles al ojo humano pero no al objetivo de la cámara y a la definitoria del encuadre que nos permite el tantas veces anhelado viajar en el tiempo. Es una evocación de lo desconocido, de lo no evidente, de lo no visible aunque lo tengamos ante nuestra vista.
Esa imaginación real ó irreal de viajar en el espacio tiempo es una manera de convertir en realidad conceptual, lo que sin el filtro de la cámara y el armazón del concepto serían simples observaciones de la vida diaria.
Agea afirma que Cristóbal es valiente, iconoclasta, y huye de los criterios estéticos, compositivos y tópicos de la fotografía de calle para navegar en su propio universo personal y creativo. Sus trabajos son de lo más original que hay en la actualidad en el panorama fotográfico y marcarán tendencia dentro y fuera de nuestras fronteras, porque me temo que la fotografía de calle estrictamente documental está agotada creativamente.