Hay muchos internautas a los que les apasiona crear yuxtaposiciones fotográficas que demuestran las similitudes que existen entre la naturaleza y la cultura pop o la moda. La inspiración está en cualquier parte.
Así, por ejemplo, ya hemos caído rendidos ante las similitudes cromáticas y formales que hay entre el icónico David Bowie y el mundo floral o entre los diseños de alta costura y los patrones que hay en la naturaleza.
Y si hay una artista que lleva al extremo los conceptos de la moda y de la cultura pop, esa es sin duda Lady Gaga. Desde que Stefani Joanne Angelina Germanotta hiciera acto de presencia en 2008 con The Fame, un primer álbum cargado de hits rompepistas, no se ha dejado de hablar de ella por distintos motivos.
Gaga, con el tiempo, ha demostrado tener un talento interpretativo y musical apabullantes, pero antes de que se la empezara a tomar en serio por sus dotes artísticas, la cantante adquirió fama mundial por su extravagancia y su originalidad a la hora de elegir looks o rodar videoclips que batían récords de visualizaciones en YouTube.
La hemos visto ir a recoger un premio enfundada en un vestido de carne cruda, calzar zapatos imposibles de Alexander McQueen o lucir tocados y sombreros de dimensiones estratosféricas, pero en lo que no habíamos reparado antes es en su gusto por disfrazarse de hongo, sí, de hongo.
Y es que, como ella no puede parar de crear, necesita inspirarse en cualquier cosa que la rodea o que puede encontrar en el universo. Vestidos morados, amarillos, rosados, con caída, vaporosos, de gasa, de terciopelo o hechos con búrbujas de plástico, nos recuerdan a las miles de setas y de hongos que existen.
Nosotros no podemos de dejar de dar las gracias por iconos como ella, que entienden el arte y la música desde una perspectiva peculiar en la que no están reñidos ni el talento, ni el sentido del humor, ni las ganas de seguir haciendo lo que le dé la gana. Gaga no se aburre como un hongo.
Lady Gaga: Instagram
h/t: Design Youn Trust