El fotógrafo lleva desde finales de 1950 dando testimonio del horror de las guerra. Ahora, una retrospectiva en la galería londinense recoge 250 de sus impactantes fotografías.
"No me puedo arriesgar a que me maten para luego encontrarme con que me equivoqué en la exposición"
–Don McCullin
Nacido en Londres en 1935, McCullin empezó a documentar la vida en el lugar donde creció, Finsbury Park.
Una fotografía de una conocida pandilla local (The Guvnors) que consiguió vender al periódico británico "The Observer" significó el comienzo (casi por casualidad) de la carrera del que, probablemente, fue por aquellos entonces el primer fotógrafo de guerra de Reino Unido.
Durante 60 años, se dicen pronto, el fotógrafo ha puesto en riesgo su seguridad para meternos de lleno en estos horribles conflictos, obligarnos a mirar cara a cara al sufrimiento y la miseria y disparar su cámara directo al corazón.
Fue herido de gravedad en Camboya, encarcelado en Uganda, expulsado de Vietnam y su cabeza tuvo precio en Líbano, pero esto nunca ha impedido que llevara a cabo su misión: hacer viajar la compasión desde aquellos lugares al mundo entero.
Desde la guerra de Vietnam al conflicto chipriota, pasando por el conflicto de Irlanda del Norte, McCullin ha cubierto conflictos y zonas de guerra, pero no solo. La pobreza, los paisajes industriales de la capital inglesa e incluso los bodegones han sido también un escenario recurrente en su trabajo.
Ganador de reconocimientos como el Cornell Capa, la medalla del centenario de la Royal Photographic Society, el British Press Award o un World Press Photo Award, entre otros, afirma que en la actualidad "no sería necesario que viajara fuera para fotografiar conflictos, porque estos están en nuestras propias ciudades, rodeándonos".
"Una especie de odisea sombría", así es como el propio fotógrafo define esta exhibición que podemos visitar en Londres hasta el 6 de mayo. Tanto se ha involucrado en la misma que él mismo se ha encargado de revelar e imprimir cada una de las fotografías.
Por si fuera poco, las impactantes imágenes van acompañadas de los comentarios "brutalmente honestos" de su autor, lo que seguro que hace que tomemos la consciencia que necesitamos sobre lo que las guerras suponen.
"Necesito un reto. Mi mayor temor es sentarme y mirar por la ventana sin la pasión de hacer nada más", con estas palabras deja muy claras sus intenciones. Así lo demuestra que a sus 83 años McCullin continúe en activo, habiendo viajado recientemente a Siria con la BBC para documentar la destrucción de Palmira por parte del autodenominado Estado Islámico.
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