Pedro García lleva años fotografiando a bailarines, y desde que empezó no ha podido dejar de hacerlo. En sus fotos contrasta la belleza y delicadeza de sus bailes con el ajetreado ritmo de la capital.
"La danza tiene el poder de inspirar, trascender y crear una conexión humana"
Una conexión humana que a este fotógrafo le ha llevado a crear este proyecto personal en el que sitúa la busqueda de la perfección a través de los movimientos y poses de los bailarines en lugares emblemáticos y comunes de Madrid.
Para Pedro la danza es "el reflejo que refleja lo imposible hecho posible, para que todo el mundo pueda sentirlo, escucharlo y experimentarlo" y suya, la labor de inmortalizarlo para compartirlo.
El parque del Retiro, la Gran Vía, las calles del barrio de Lavapiés, la estación de Atocha e incluso el metro son algunas de las localizaciones elegidas como escenario.