Su visión del mundo se basa en una sola cosa, criticar todo lo habido y por haber.
Cuando alguien se detiene a ver la obra de Tony Futura solo puede reaccionar de dos maneras, o se indigna o se parte de risa. Es uno de esos jóvenes artistas que rompen con todo para expresar su inconformismo hacia la sociedad, sin miramientos ni remordimientos. Su sátira supera el límite de lo políticamente correcto, tanto que el espectador, después de conocer su trabajo, solo puede odiarlo o amarlo.
Con tan solo 28 años, Futura le ha declarado la guerra al consumismo y a la cultura pop. A base de collages digitales, este artista de Berlín es capaz de convertir la imagen más inofensiva en una dura crítica, explotando el lado negativo de la cultura popular. Con una doble dosis de ingenio y poca vergüenza, el diseñador bromea, hace chistes a costa de casi todo sin parar, hasta el punto de dejarnos con la boca abierta preguntándonos de dónde saca todas esas ideas.
No se libra ni dios, literalmente. Ataca a las marcas, a la publicidad, al falso idealismo nacionalista, a iconos de la historia y del arte, a las costumbres sociales sin sentido, le saca punta a todo, siempre con el noble fin de recordarnos que las dos mercancías básicas de la industria cultural son, como siempre, el sexo y la violencia.
Tony Futura: Web | Pinterest | Behance
Por Adela M. Sevilla