El mundo está repleto de héroes y heroínas que andan agazapados en la crudeza de su día a día. La intimidad de sus casas no supone un sesgo para que desplieguen sus superpoderes.
Poco se habla de los héroes cotidianos, esos que en plena reunión familiar (y tras cinco cubatas) hacen su tradicional streaptease para dejar a las amigas de su tía Juanita con la sonsisilla puesta hasta la próxima Nochevieja del año siguiente.
Y poco se habla de esos tuppersex que se saca de la manga esa madre cuando llegan visitas a casa, si son un par de monjas, mucho mejor. Vibradores, cuchillos, culos al aire, mesas camillas y botellas de vino conviven en cada pintura de Cizmic.
Porque relatar,en forma de pinturas las proezas de estos outsiders, se dedica el pintor contemporáneo finlandés Mirza Cizmic. Cizmic tiene la mirada del sarcasmo bien entrenada por lo que cada una de sus pinturas nos invita a bucear por los entresijos de la vida.
Sentimientos universales se unen en un extraño lugar en el que el bien y el mal se funden en pro de la genialidad. Perversión, violencia y sexo se enmarcan en escenas costumbristas, en las que las entrañables señoras, viejos superhéroes, asesinos, niños y animales, forman un tándem perfecto para hacer volar nuestras cabezas.
Mirza Cizmic: Instagram