La infancia y los lugares en los que crecimos pueden ser una puerta para vincularnos con el arte. Quizá crezcamos intentando transmitir al mundo cómo huelen, suenan o se sienten esos lugares en nuestra memoria.
Laura Fauvel abrió los ojos al mundo en la isla de Papúa Nueva Guinea y pasó su infancia entre Francia e Inglaterra hasta establecerse en Austria con su familia.
Su niñez en Francia, rodeada de naturaleza, influyó en su amor por la pintura hasta hoy día.
Después de mudarse a Inglaterra y enfrentarse a un nuevo mundo, Laura encontró su lugar en un internado, donde floreció académicamente y se sumergió en el arte.
Después de obtener reconocimiento en diseño de moda, trabajó en la industria, pero su perspectiva cambió a raíz de un episodio familiar que la llevó a abandonar la moda y abrazar el arte abstracto como una forma terapéutica de expresión y de vida.
En Austria, rodeada de montañas, Laura utiliza papeles sintéticos, especialmente Yupo, para explorar sus emociones a través de la pintura. Pasear por sus cuadros es una explosión de vitalidad y una invitación a sentir libremente, sin restricciones.
Su enfoque en la creatividad intuitiva y la conexión con la naturaleza se refleja en su obra. Laura nos alienta a seguir nuestro instinto y afrontar el viaje emocional de la vida a través del arte.
Su obra es una llamada a ser libres, porque hay artistas, como Laura, que son capaces de mirarse muy adentro para hacernos florecer al resto, porque en su mirada y en sus pinceles brotan la generosidad humana y artística.
Laura Fauvel: Instagram