Solamente alguien con un dominio absoluto de la técnica es capaz de jugar con ella así para crear unos cuadros como estos.
Este artista con base en el Reino Unido recrea parches pixelados con pintura de tonos pasteles. Anderson es capaz de conseguir un efecto de desenfoque que tiene un especial mérito cuando es realizado con óleo sobre lino.
Hay algo que parecen compartir todas las pinturas, un punto amarillo que representa el sol o algún tipo de luz que se pierde entre lo que bien podrían ser edificios y construcciones. Los cuadros del artista tienen mucho de hipnótico e invitan a dejar volar la imaginación.
Cada pintura le lleva aproximadamente 1 o 2 semanas de trabajo (a esto hay que añadir un mes para que se seque bien) y en ellas está siempre presente el movimiento y la energía.
Jason comenzó su carrera artística restaurando vidrieras en catedrales como la de York Minster, Gloucester o Wells y afirma que esto le ha servido en la composición y enfoque de sus trabajos actuales, de hecho si nos paramos a observar con calma no es difícil encontrar similitudes entre la visión caleidoscópica y los cristales pintados.
"Me encanta la naturaleza a menudo frenética de mezclar y organizar la pintura en gruesos embadurnos impresionistas y someterme a un proceso que crea sus propios detalles y forma. Esto me obliga a ser audaz y decisivo. También me fascina el color y trabajo con una paleta fuerte para crear profundos efectos de empaste con la pintura. Este enfoque crea una pintura que, como el paisaje, cambia constantemente”, explica el artista en su página web.
Jason Anderson: Web | Instagram