Con una mirada indiferente, al volante, su mano izquierda con un guante de piel marrón y unos labios rojo luminoso, Tamara de Lempicka se presenta en un lujoso auto deportivo Buggati y hace de ésta la más famosa de sus pinturas, su 'Autorretrato en el Bugatti verde' de 1929.
"Entre un centenar de pinturas, podrías reconocer las mías. Mi objetivo era: No copiar, crear un nuevo estilo, colores claros y brillantes, devolver la elegancia en mis modelos."
Tamara de Lempicka
Tamara de Lempicka (1898-1980) fue seguramente la más importante pintora del período del art déco. Mujeres sensuales y muy glamorosas aparecen en sus cuadros en evocadoras e inquietantes poses. Quizá reflejó en su arte el particular drama de su vida.
Nacida en Varsovia en el año 1898 como Maria Gurwik-Górska, Tamara creció en un ambiente en el que la mujer ostentaba un papel fundamental en la vida cotidiana, característica que le llevó a retratar mujeres que denotaban fuerza, poderío y tenacidad.
A temprana edad, comenzó a estudiar arte y se mudó a París para continuar su formación artística. Con 18 años de edad, se casó con el ruso Tadeusz de Lempicki, de quien adoptó el apellido y tuvo una hija llamada Kizette Lempicki a quien también retrató.
Esta pintora polaca fue una de las máximas exponentes del modernismo en el estilo art déco. Influenciada por Botticelli, Bronzino y el cubismo, su obra se centró en la figura humana en la que plasmó su estilo único que combinaba lo neoclásico y lo postcubista, acompañándolos de colores brillantes y alargadas líneas. Adoradora del retrato, fue la retratista por excelencia de la alta burguesía y una increíble artista del desnudo.
Al contar con un cúmulo de influencias artísticas, De Lempika fusionó diversos estilos que dieron lugar a lienzos llamativos con alargadas formas, pinceladas pulidas y fuertes contrastes de luz y sombra que aplicaba en los contornos de los cuerpos desnudos y en la vestimenta de sus personajes, quienes portaban atuendos de tendencia.
En definitiva, Tamara, la reina del art déco, representó la atmósfera, mentalidad y estética de las vanguardias artísticas que emergieron en el periodo entre guerras de los años 20 y 30. Su obra es un legado histórico del positivismo de aquella época.
via farenheit