Fotograma de la película Los santos inocentes (1984)

Si los Goya hubieran nacido antes de 1987, muchas de las mejores películas del cine español habrían tenido su merecido reconocimiento en su momento.

Afortunadamente, el tiempo ha puesto a muchas de estas obras en el lugar que merecen, aunque queda la espinita de no haber visto discursos emocionados, lágrimas en el escenario y algún que otro "injusticia histórica" comentado entre bambalinas.

Desde el humor satírico de Berlanga hasta la poética melancolía de Víctor Erice, pasando por la crudeza del cine de posguerra y la explosión creativa de la Transición, el cine español lleva décadas demostrando que sabe contar historias únicas. Así que hoy nos imaginamos cómo habría sido la historia de los Goya… si los Goya hubieran existido desde siempre.

Este es un recorrido por algunas de las mejores películas españolas, antes de que se constituyera la Academia del Cine Español.

Bienvenido, Mister Marshall (1953)

Fotograma de la película Bienvenido, Mister Marshall

Luis García Berlanga nos dejó esta ácida comedia sobre un pueblecito español que se disfraza de fiesta para recibir a los estadounidenses, con la esperanza de que les llueva el dinero del Plan Marshall. Ingeniosa, desternillante y más crítica de lo que la censura franquista podía tolerar, habría arrasado en los premios.

Muerte de un ciclista (1955)

Fotograma de la película Muerte de un ciclista

Juan Antonio Bardem firmó este thriller psicológico con tintes de crítica social. Cuenta la historia de un profesor de universidad y su amante de la alta sociedad que atropellan a un ciclista y huyen. Esta obra maestra, crítica a la hipocresía de la élite del momento, está llena de tensión y culpa. Con una Lucia Bosé espléndida, que sin duda se habría llevado a casa su cabezón.

Calle Mayor (1956)

Fotograma de la película Calle Mayor

Otra joya de Bardem que bien podría haber sido la gran favorita de su año. Drama costumbrista, disecciona con precisión la hipocresía de un pueblo donde los hombres se divierten humillando a una mujer soltera. Otro mazazo del genial director, con un realismo tan brutal que remueve.

Viridiana (1961)

Fotograma de la película Viridiana

Esta joya surrealista de Buñuel ganó la Palma de Oro en Cannes, pero en España fue prohibida por mostrar a un grupo de mendigos recreando La última cena. Hoy sería candidata a todo: mejor película, mejor dirección y mejor escándalo.

El verdugo (1963) 

Fotograma de la película El verdugo

Esta es, sin duda, una de las mejores películas españolas de la historia. Ácida, inteligente y trágicamente divertida, en ella Berlanga volvió a desafiar a la censura filmando la historia de un joven que se convierte en verdugo por pura necesidad económica, en un país que no dejaba escapatorias. Irónica, cruel y divertidísima. Pepe Isbert como suegro carcelero habría sido el favorito de la Academia.

La tía Tula (1964)

Fotograma de la película La tía Tula

Miguel Picazo dirigió este drama sobre la represión a la mujer en la España de los años 60. Narra la historia de una mujer atrapada entre la tradición y el deseo, interpretada por Aurora Bautista de forma magistral. Hoy hubiera sido un Goya asegurado, en su época habría sido revolucionario.

Fata Morgana (1965)

Fotograma de la película Fata Morgana

En una Barcelona deshumanizada, una mujer, interpretada por Teresa Gimpera, deambula por la ciudad buscando respuestas a un misterio inexplicable. Dirigida por Vicente Aranda, Fata Morgana es una rareza dentro del cine español de los años 60, una película de ciencia ficción surrealista y casi desconocida para el gran público.

El espíritu de la colmena (1973)

Fotograma de la película El espíritu de la colmena

Víctor Erice nos regaló esta joya en la que la pequeña Ana Torrent, obsesionada con Frankenstein, recorre los paisajes desolados de la España de posguerra con una mezcla de fascinación e inquietud. Más que una historia, es un poema visual, una metáfora del miedo, la represión y la búsqueda de lo desconocido.

Furtivos (1975)

Fotograma de la película Furtivos

Dirigida por José Luis Borau, Furtivos es una obra inquietante que aborda la España más oscura y reprimida a través de una historia cargada de tensiones familiares y sociales. La película narra el conflicto de un joven atrapado entre sus impulsos y las estrictas normas de la sociedad rural, en un ambiente que resalta la opresión y el aislamiento.

Con un guion que destila angustia y un tratamiento visual que amplifica la sensación de claustrofobia, la película desafió la moralidad de su tiempo.

La cabina (1972)

Fotograma de la película La cabina

Ganadora de un Emmy Internacional en 1973, si hay un mediometraje que dejó huella en la memoria colectiva española, ese es La cabina, dirigido por Antonio Mercero y protagonizado por José Luis López Vázquez. Lo que empieza como una situación cotidiana —un hombre entra en una cabina telefónica para hacer una llamada— se convierte en una angustiosa pesadilla cuando la puerta se bloquea y no puede salir.

A partir de ahí, la historia se convierte en una metáfora asfixiante de la opresión y la indefensión. Su crítica velada al régimen franquista, su final perturbador y la brillante interpretación de López Vázquez, la convierten en una de las piezas más brillantes y escalofriantes de la historia del cine español.

Cría cuervos (1976)

Fotograma de la película Cría cuervos

Carlos Saura nos dejó un retrato devastador de la infancia, el duelo y la dictadura, con Ana Torrent y Geraldine Chaplin en una interpretación sublime. La película aborda la traumática relación de Ana, una inquietante Ana Torrent, con la muerte de su madre.

La historia, que combina el surrealismo con una atmósfera opresiva, se sumerge en las complejidades del duelo y la relación entre la infancia y el poder autoritario. Y con Por qué te vas de Jeanette como banda sonora, la gala habría sido inolvidable.

El desencanto (1976)

Fotograma de la película El desencanto

Jaime Chávarri nos entregó en El desencanto, uno de los documentales más fascinantes y perturbadores del cine español. A través de la familia Panero —la viuda y los hijos del poeta  Leopoldo Panero—, la película disecciona las heridas de la posguerra, la hipocresía de la burguesía y la lenta descomposición de un linaje marcado por la neurosis, la poesía y la desesperación.

El diputado (1978)

Fotograma de la película El diputado

Un valiente drama sobre política y homosexualidad en plena Transición, con José Sacristán en un papel memorable. Eloy de la Iglesia denunciaba la hipocresía social y la represión sexual en una España que avanzaba políticamente, pero arrastraba viejos prejuicios.

Arrebato (1979) 

Fotograma de la película Arrebato

Si el cine español tuviera su propio culto underground, Arrebato de Iván Zulueta sería su biblia. Una película hipnótica, lisérgica y obsesiva sobre el poder de la imagen, la adicción y la autodestrucción. Protagonizada por Eusebio Poncela y Will More, sigue a un director de cine inmerso en una espiral de drogas y locura mientras se obsesiona con unas misteriosas grabaciones que parecen absorber su propia existencia.

El crimen de Cuenca (1980)

Fotograma de la película El crimen de Cuenca

Pilar Miró realizó una de las películas más valientes y necesarias de nuestro cine. Basada en hechos reales, El crimen de Cuenca de Pilar Miró narra la condena injusta de dos campesinos que, tras ser brutalmente torturados por la Guardia Civil, confesaron un crimen que nunca cometieron.

Su realismo descarnado desató un escándalo: la película fue secuestrada antes del estreno, Miró llevada a juicio y el ejército la tachó de "insulto" a las fuerzas de seguridad. Pero la polémica solo avivó su leyenda. Cuando finalmente pudo estrenarse, el público llenó las salas y El crimen de Cuenca se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en la recién nacida democracia española.

Función de noche (1981)

Fotograma de la película Función de noche

Josefina Molina, pionera en el cine español, llevó la auto-ficción a otro nivel con Función de noche, un híbrido entre documental y ficción protagonizado por Lola Herrera y Daniel Dicenta. En la película, los actores se interpretan a sí mismos y exponen, sin filtros, las heridas de su matrimonio roto.

A través de una conversación íntima, desnudan sus emociones, frustraciones y la desigualdad de género en las relaciones de pareja. Valiente y adelantada a su tiempo, Función de noche rompió esquemas al mostrar una mujer que se reconoce en su propio dolor y toma las riendas de su vida.

El sur (1983)

Fotograma de la película El sur

Tras El espíritu de la colmena, Víctor Erice nos regaló otra joya con El sur, una película sobre la memoria, la ausencia y la idealización de los padres. A través de la mirada de una niña, interpretada por Icíar Bollaín, descubrimos la melancolía de un padre misterioso, marcado por un pasado que nunca termina de revelarse del todo. Visualmente sublime y narrativamente evocadora, El sur es cine en estado puro.

Los santos inocentes (1984)

Fotograma de la película Los santos inocentes

Mario Camus adaptó la novela de Delibes con una fuerza sobrecogedora. Alfredo Landa y Paco Rabal nos dejaron dos de las interpretaciones más memorables de la historia del cine español. Un relato sobre el abuso, la injusticia y la resistencia de los más humildes en la España franquista. Si los Goya hubieran existido, no habría tenido rival.

El cine español ha sido rebelde, poético, incómodo y brillante, con o sin galardones. Más allá de los premios, estas películas ya han ganado: siguen vivas, emocionándonos, incomodándonos, dejándonos sin aliento.

Pero, si jugamos a imaginar, ¿qué película crees que habría ganado un Goya si la Academia hubiera nacido antes?

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