Hacer un balance mental por todo lo que ha acontecido este año es algo que hacemos de manera involuntaria. Nos gusta reflexionar sobre esas historias que hemos vivido dentro y fuera de los cines porque, ¿qué sería de nuestras vidas sin las películas? Las que vemos y las que nos montamos.
El cine y las series, un año más, son esos lugares comunes a los que nos ha gustado recurrir para vivir como propias las historias y las vidas de otros o para vernos reflejados en circunstancias y sentimientos que dejan de ser de celuloide una vez pasan por el filtro de nuestras almas.
Este 2022 ha estado lleno de grandes películas nacionales e internacionales que hemos habitado. Aunque vamos a señalar las 15 que más nos han emocionado, nos han hecho reír o reflexionar en este y otros mundos, esta compilación queda abierta a más títulos, esos que os hayan hecho soñar a vosotros y a vosotras.
15. Cerdita (Carlota Pereda)
Cerdita nace del espeluznante, alabado y premiado cortometraje que ya hizo Carlota Pereda y es fruto de esa historia de horror social que es el bullying.
Con una atmósfera de terror cotidiano y costumbrista digna de La matanza de Texas, Sara (la convincente Laura Galán) es una adolescente con sobrepeso a la que nunca invitan a la fiesta y que tendrá en su mano el poder de usar a su favor el karma instantáneo, uno que se le presenta de manera truculenta e inesperada.
14. Todo a la vez en todas partes (Daniel Kwan, Daniel Scheinert)
Todo a la vez en todas partes es tan rara, tan única y tan especial, que te pasas la primera hora del metraje pensando en los posibles referentes que han tenido sus directores. En su extremista mezcla de géneros se respira cine en estado puro. Puede recordar a la comedia frenética, irreverente y absurda de Scott Pilgrim VS. The World o a la enrevesada ciencia ficción de Nolan.
A partir de un hecho tan improbable como la eliminación de los recuerdos, en el caso de Gondry; o la existencia del multiverso, en el caso de los Daniels, se crea toda una maquinaria fantasiosa y genuinamente surrealista que se pone al servicio de diseccionar el amor, las relaciones y el afecto en todas sus vertientes, logrando emocionar a un público que se ve abrumado entre el bestial bombardeo de ideas loquísimas.
13. The Batman (Matt Reeves)
Los fans del universo de Batman y, sobre todo, del último legado cinematográfico relativo al súperheroe compuesto por la impecable trilogía que llevó a cabo Christopher Nolan o el Joker que nos brindó Joaquin Phoenix, se rasgaron las vestiduras al saber que Robert Pattinson se pondría la máscara de murciélago.
El popular actor y la actriz Zöe Kravitz se pusieron en manos del director Matt Reeves para callar bocas y dar forma a una, contra todo pronóstico, entrega digna de una saga que se ha reinventado tanto como sus cómics y que luce mucho más cercana a la oscura trilogía de Nolan que a las parodias que protagonizaron Val Kilmer o George Clooney.
12. Belle (Mamoru Hosoda)
En un intento por adaptar a la era Internet el conocido cuento de La bella y la bestia y dar un salto mortal que zambulle al espectador en el desconocido e intrigante metaverso, el director japonés Mamoru Hosoda nos devuelve la leyenda en Belle: un portentoso ejercicio de animación lleno de todas esas capas que componen el universo virtual del que se habla en la cinta.
El título de Hosoda combina de manera prodigiosa entre el anime, el coming of age, la ciencia ficción, el fantástico, el musical, la comedia, el drama y un cine de fuerte carga social, construyendo una historia que tocará a todos y todas las fans del cine hecho desde la emoción.
11. The innocents (Eskil Vogt)
El cine de terror y fantástico es mucho más impactante cuando gira en torno a esos seres inocentes (o no tanto) que son los niños. Esa estapa de descubrimiento y fantasía que es la infancia se puede tornar grotesca si se posee un gran poder que implica una gran responsabilidad todavía no adquirida.
Dirigida por el noruego Eskil Vogt (guionista habitual de Joachim Trier, otro noruego incluido en este ranking), The innocents podría describirse como una suerte de Carrie y de los X-Men, pero con un preciosista toque indie y el sello de autor de un director a tener en cuenta.
10. Hasta los huesos (Luca Guadagnino)
Es tan grande el talento de Luca Guadagnino que igual da forma a una obra maestra sobre una atracción prohibida como Call Me By Your Name, que hace el remake de una cinta de terror icónica como Suspiria igualando el resultado o incluso mejorándolo.
En Bones and All parece haber hecho un mix entre el romance de una y el terror de la otra añadiendo la magia de las road movies y de los coming of age. Protagonizada por Timothée Chalamet, Taylor Russell y Mark Rylance, la cinta es una oda al amor como la única salvación y la única cura a la soledad de estos tres seres marginales que hallan un rayo de luz en la absoluta oscuridad de la exclusión social y la incomprensión.
9. Fire of Love (Sara Dosa)
Aunque es un documental, no hemos podido resistirnos a incluirlo en este ranking, porque Fire of Love nos cuenta la apasionante historia de Katia y Maurice Krafft, una atrevida pareja de vulcanólogos franceses que se dejó llevar por la emoción y el peligro del triángulo amoroso compuesto por la pasión que sentían el uno por la otra y por los volcanes.
La pareja recorrió el planeta persiguiendo las erupciones y sus consecuencias, documentando sus descubrimientos en impresionantes fotografías y películas y compartiéndolos con un público cada vez más curioso, hasta que el fuego de su pasión los devoró literal y figuradamente. Fire of Love es el documental que le hubiera gustado rodar a Wes Anderson.
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8. Flee (Jonas Poher Rasmussen)
El cine de animación lo experimentamos de una manera que no tiene nada que ver con cómo vivimos el cine convencional, nos emociona a otros niveles. Flee no solo remueve y enamora por el trabajo de ilustración y animación que tiene detrás, sino por la delicadeza y la humanidad con la que trata temas como la inmigración y la homosexualidad a través del periplo físico y vital que implica la huída de Amin desde Afganistán hasta Copenhague.
Amin emprende un devastador camino para convertirse en un ser humano 'legal' con la única compañía de un walkman y un puñado de reflexiones y pensamientos que encogen el alma.
7. Un héroe (Asghar Farhadi)
El cine del iraní Asghar Farhadi, aparte de ser un retrato didáctico de la cultura y de la sociedad de Irán, es un retrato de nuestras partes más miserables y más humanas. Como ya hizo con Nader y Simin o con El viajante, en Un héroe teje otro thriller cotidiano basándose en un hecho aislado que sirve como el desencadenante de toda una serie de imprevisibles acontecimientos.
El realizador ha vuelto a obrar el milagro con otra obra maestra y, en esta ocasión, ha sido en gran parte por la interpretación brutal de Amir Jadidi, una mirada de las que dice mucho con muy poco.
6. El triángulo de la tristeza (Ruben Östlund)
El sueco Ruben Östlund se ha especializado en diseccionar la estupidez de la clase alta en cintas como The Square o Fuerza Mayor demostrando que la moral, la humanidad y la empatía es lo único que no puede comprar el sucio dinero.
En su último título, nos invita a un crucero atestado de gente deplorable, mucha ironía y sátira para revelar que los ricos también vomitan, cagan y son igual de vulnerables que el resto ante una catástrofe que invierte las tornas de las jerarquías sociales capitalistas, poniendo a cada uno y cada una en el sitio que merece.
5. Alcarrás (Carla Simón)
La primera española en ganar el Oso de Oro en Berlín (y la sexta mujer en la historia del famoso festival) nos regala en Alcarrás la historia costumbrista de una familia de payeses rodada con abrumadora sutileza, inteligencia y realidad.
Viéndola, sentimos los rayos del sol en la cara, nos impregna el aroma de los melocotones o las paraguayas y nos emocionamos con el latir de los corazones de unos personajes que llenan sus silencios con gestos y miradas con los que se dicen lo que callan, lo que les aterra.
4. As Bestas (Rodrigo Sorogoyen)
La penúltima hazaña de Rodrigo Sorogoyen vuelve a revelar las costuras de la miseria humana, pero no la de las altas esferas como en El Reino o en Antidisturbios. Con As bestas, viaja a lo profundo de la España rural para demostrar que la mano del hombre lo puede pudrir todo, que la oscuridad no entiende ni de clases, ni de religiones, ni de idiomas.
No hay nada que genere más violencia que el sentimiento de pertenencia, ese que hace que las atmósferas sean asfixiantes y la ira contenida vaya in crescendo para narrar un episodio basado en un espeluznante hecho real.
3. Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa)
Una de las sorpresas de este año y un fenómeno del boca a boca en toda regla es el protagonizado por el debut de Alauda Ruiz de Azúa. Su visión sobre la maternidad desde dos etapas diametralmente opuestas ha arrancado sonrisas y lágrimas a parte iguales, y todo debido a un reparto en estado de gracia encabezado por Susi Sánchez y Laia Costa.
Cinco lobitos se siente como nuestra historia por la naturalidad y la realidad con la que está rodada y porque habla de esos sentimientos universales que hay entorno a la familia, uno de los núcleos más importantes que existen.
2. La peor persona del mundo (Joachim Trier)
El noruego Joachim Trier demostró en Thelma tener una habilidad brutal para mezclar géneros. Entre el drama y el fantástico, la cinta contaba la historia de una antiheroína incapaz de controlar sus emociones y sus poderes. En La peor persona del mundo nos presenta a Julie, otra antiheroína, pero más en la línea de la perdida Frances Ha o la cabrona maravillosa de Fleabag y con el superpoder de joderlo todo.
Renata Reinsve borda a un personaje que pronuncia algunas de las frases más coherentes y profundas que hemos escuchado y su Julie es ya un icono millennial por derecho propio, con una historia que sirve como uno de los mejores tratados sobre el amor y el dolor que se han hecho en clave de "dramedia" romántica.
1. Close (Lukas Dhont)
El cine de Lukas Dhont aborda con belleza y sensibilidad abrumadoras lacras sociales tan devastadoras como la transfobia o los males de una educación heteropatriarcal. El joven realizador ya demostró en Girl su talento y su interés por la incompresión y el rechazo que la sociedad presenta ante lo que desconoce o le resulta diferente.
Apelando desde la delicadeza y la sutileza absolutas, pero con dureza, en Close, Dhont nos hace enamorarnos de Léo y Rémi, dos niños de 13 años que están a punto de enfrentarse a la crueldad de la inocencia, a la oscuridad que puede habitar en los corazones de esos que empiezan a ser corrompidos por el germen de un mundo adulto repleto de prejuicios absurdos.