El arte inspirando al arte desde el origen de los tiempos, como justicia poética universal. De eso va este artículo, de constructivismo inspirando a joyas y de joyas inspirando a personas.
Hubo una época en la que los pintores “proyectaban” y los arquitectos “dibujaban”. Hablamos del constructivismo, el movimiento artístico gestado en las entrañas de la arquitectura y el vanguardismo para elevarnos a esferas sin precedentes de espiritualidad, de cosmovisión y de tradición.
El constructivismo supuso una identidad visual que tuvo como objetivo principal llevar el arte al pueblo rescatándolo de las élites.
Pamela Coromoto es una artista ha encontrado inspiración en los tentáculos de esta corriente nacida en los años 20 del siglo XX haciendo que su creación sea un concepto, no un producto. Coromoto crea accesorios contemporáneos que equilibran limpios detalles con siluetas arquitectónicas que nos llevan directamente al universo de Aleksandra Ekster.
Fundada en el 2010 por la arquitecta venezolana Marianne Villalobos-Emonet, quien busca resaltar la individualidad de la mujer, a través de ornamentos visionarios en técnica, estilo y ejecución.
Las piezas de Pamela Coromoto evocan momentos y emociones, adoptando el diseño como estética y como una forma de vida. Por lo tanto, todas las piezas están hechas con la menor huella ecológica posible, materiales de origen sostenible hechos en Europa y producidos éticamente en su pequeño taller en Belgrado. Combinan la modelación 3d y fabricación digital con técnicas artesanales para personalizar estas piezas narrativas.
Más que arte para ser mostrado en una galería burguesa, el constructivismo hizo arte para el pueblo mezclando todas las artes en un amalgama utópico de diseño, ingeniería, arquitectura, pintura, escultura. Por eso nos encanta cada pieza de Pamela Coromoto, porque ha sido capaz de trasladar este espíritu a nuestros días, porque cada una de sus creaciones cuentan una historia, llevan una intención y tienen un sentido.
"Las calles son nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas"
Vladímir Mayakovsky