La artista húngara Ágnes Herczeg combina delicados encajes con nudosas ramas de madera para crear escenas que representan la belleza contemplativa de la humanidad.
Los intrincados retratos muestran a mujeres reclinadas, durmiendo y contemplando un abismo infinito.
A menudo, la madera es un ancla para sus creaciones; es el lugar donde los personajes descansan sus cuerpos, o el suelo en el que se encuentran. Herczeg también lo usa como sorprendente yuxtaposición visual: lo liviano del encaje y la solidez de la madera no concuerdan, pero unidos encuentran la armonía.
Las esculturas de encaje de Herczeg se crean utilizando técnicas tradicionales. "He estudiado extensamente el arte del bordado y la fabricación de encajes", escribe. Desde encaje de aguja hasta macramé, incorpora una gran variedad de estos puntos en cada composición. Esto demuestra un esfuerzo meticuloso y orientado a los detalles.
"Hacer encaje es una ocupación extremadamente lenta", describe Herczeg. "Se necesitan varios días para completar una pequeña pieza".
Debido a que el encaje es tan tedioso, es vital que Herczeg tenga un plan bien definido sobre cómo ejecutar el trabajo. "El diseño es una parte importante del proceso creativo", explica, "porque tengo que pensar no solo en la apariencia visual del trabajo sino también en su estructura general y en el orden de los pasos individuales".
A pesar de la rigidez de su proceso, Las piezas de Herczeg reflejan libertad e incluso espontaneidad cuando los hilos cuelgan de la madera.
Herczeg vende una selección de sus esculturas de encaje a través de la tienda de su sitio web.
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Todas las imágenes via Ágnes Herczeg.