La imaginación puede convertir algo tan cotidiano como una piel de plátano en una pieza de arte.
Así lo demuestra Stefan Brusche, un artista que basa su producción en dibujar sobre pieles de plátano y jugar con distintas opciones compositivas que estas le brindan.
La imaginación y una gran habilidad con el manejo de pequeñas herramientas, son sus recursos para crear inumerables piezas en formato fruta.
El autor cuenta que su primera incursión en este inusual tipo de soporte fue cuando, sin más objetivo que el entretenimiento y dotar de contenido su Instagram, publicó la foto de un plátano al que le había dibujado una cara sonriente.
Sus dibujos fueron evolucionando a composiciones más complejas, como una reproducción de El beso de Gustav Klimt o diversas escenas de la Biblia.
Además de pintar sobre la piel de la fruta, realiza incisiones y cortes para ganar texturas y nuevos recursos gráficos.
Su arte no sigue un patrón lógico de temáticas, simplemente disfruta del proceso y de su capacidad de convertir algo tan básico y cotidiano como son los plátanos, en una llamativa imagen.
Stefan Brusche: Instagram