Nuestros cuerpos y la naturaleza tienen conexiones carnales y espirituales que se traducen en comuniones que trascienden a la simple similitud que existe entre nuestras formas y las de la madre Tierra.
Esas analogías y esas relaciones estrechas que existen entre la anatomía femenina y las siluetas de las rocas, los árboles o los suelos repletos de hierba, son el eje central del trabajo del fotógrafo Korbinian Vogt.
En las capturas de Vogt, sus protagonistas sienten la grandeza de la naturaleza sobre sus indefensos y frágiles cuerpos desnudos y, aunque se transmite paz y libertad en todos sus retratos, es evidente cual de las dos fuerzas representadas ejercería el poder en una relación que no fuera igualitaria.
Sin embargo, el mensaje de Vogt es reconciliador y está lleno de belleza; sus fotografías están vacías de artificio y artificialidad, en ellas todo es natural, desde la luz y la composición hasta el concepto primario pero no por ello, obvio.
Las chicas desnudas que pueblan la obra de Korbinian, están en medio de los espacios helados y vírgenes de Groenlandia, Noruega, Islandia o los Alpes, donde no podemos dejar de notar la armonía que se crea entre el cuerpo y los elementos del paisaje, las rocas, los arroyos, la nieve y la hierba
"Las obras deben mostrar una visión atemporal del vínculo entre el hombre y la naturaleza, combinada con la naturaleza salvaje del norte".
Korbinian Vogt nació en 1995. Su inspiración le viene de su experiencia personal y de sus padres, quienes trabajaban en la industria cinematográfica. Este artista trabaja de forma independiente en sus proyectos desde 2014 y su enfoque actual es la conexión entre el ser humano y la naturaleza, que a menudo es la naturaleza nórdica.
A pesar de los entornos gélidos de las capturas de Vogt, nosotros podemos sentir el calor que nos transmite la naturaleza como esa aliada que siempre nos dará abrigo y refugio.
