Es importante actuar, vivir y experimentar teniendo claro de dónde venimos y hacia dónde vamos, teniendo siempre presente quiénes somos y en qué lugar crecieron nuestras raíces. Solo teniendo conciencia de nuestra esencia, podremos crear belleza.
Niki Stavrianou (a.k.a Niki Stevens), es una psicóloga y psicoterapeuta con una gran pasión por la fotografía y las artes. La artista confiesa que su trabajo como fotógrafa siempre ha estado en consonancia con su trabajo como psicoterapeuta.
En sus capturas explora temas 'incómodos' como el aislamiento urbano, la ausencia, la pérdida o la salud mental. La forma en que captura un momento en el tiempo está siempre en relación con la intersubjetividad de las personas, sus entornos, la historia del lugar en el que viven y la manera en la que interactúan entre sí.
"Mi objetivo es capturar el sentimiento de un espacio o una persona en un momento particular y reintroducirlo, a través de mi lente, en la mirada de otra persona para que pueda reflexionar sobre ello y crear su propio vínculo y significado personal", declara Stevens.
Dice necesitar de la fotografía para poder expresarse completamente, ya que considera que es la única forma en la que puede visualizar su manera de sentir este mundo perturbado que vivimos.
"Al mismo tiempo, utilizo mis fotos como un intento de reflexionar sobre mis propias emociones, tal y como hago con las herramientas que uso con mis clientes durante las sesiones de terapia".
Aunque dice estar especializada en fotografía urbana, documental y de moda, en su serie Nymphs entra de lleno en el terreno de la fotografía naturalista, silvestre e incluso erótica, evocando a la sensual comunión que puede darse entre nuestros cuerpos y la tierra.
"Estamos deambulando por el mundo mientras que al mismo tiempo olvidamos que venimos y pertenecemos a él [...]. Ese nivel de desconexión nos separa de nuestro propio espíritu y nos hace olvidar nuestra responsabilidad, que acaba convertida en un testimonio de cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás".
En este proyecto sitúa la forma humana en la forma de la naturaleza. El cuerpo yace creando un reflejo de nuestras raíces y las curvas de una ninfa coquetean con las curvas de las rocas o las ramas de un árbol.
"Llevamos la naturaleza con nosotros en cada respiración y en cada baile que ejecutamos. Somos una extensión de nuestro propio entorno. En palabras de Hayao Miyazaki: 'Los espíritus existen en todas partes, en árboles, ríos, insectos o pozos y deberíamos atesorar todo porque hay una especie de vida en todo'".
Stevens se inspira en las ninfas de la mitología griega antigua para dar forma a su concepto, espíritus invariablemente ligados a lugares que también eran protectores del medio ambiente. Las ninfas eran deidades feroces que fueron adoradas por su contribución al equilibrio natural.
Puede que Niki Stevens sea una ninfa tras una cámara que busca el equilibrio en todas sus formas y en todos los terrenos que tan hábilmente maneja.
Niki Stevens: Instagram