El shunga es un género de estampas japonés que tiene como tema principal la representación del sexo de manera explícita y fetichista y está vinculado, principalmente, con la producción gráfica del período japonés llamado Edo (1603-1867).
Esta corriente pictórica, estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno aunque continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji, con la prohibición de material «obsceno» en el Código Penal japonés del año 1907.
Y por eso de que lo prohibido siempre provoca atracción y morbo, el ilustrador Namio Harukawa (1947-2020) creó su sexual y sensual obra inspirándose en todos aquellos antepasados que lo hicieron rompiendo las reglas y las normas.
Las fetichistas y eróticas ilustraciones de Harukawa están protagonizadas por mujeres de una carnalidad extrema que se sienten, y se sientan, empoderadas sobre hombre diminutos a los que someten.
Estas mujeres dominantes acoplan sus sexos relajadamente sobre los rostros de estos hombres obedientes mientras los espectadores se pierden en esas generosas y amplias curvas que abruman a los pequeños hombres. Sus rostros se mantienen distantes pero plácidos.
La "asfixia erótica" o el "facesitting" son dos conceptos que protagonizan y define el mundo ilustrado de Harukawa, pero sobre todo es el empoderamiento de una mujer que sabe lo que quiere, cómo lo quiere y no lo pide, lo impone y lo pone.