En el vertiginoso mundo en que vivimos, donde hasta el amor es líquido, existen tendencias que nos reconcilian con la belleza de aquello que reside en lo que no es efímero.
En esta era de conciencia ambiental y deseo de autenticidad, vestirse con prendas que tienen historias propias se ha convertido en una declaración de intenciones y una apuesta poética por la imperfección.
Cada prenda de segunda mano es una ventana al pasado, un testigo silencioso de momentos y experiencias vividas. Desde una blusa vintage que lleva consigo el encanto de los años 60, hasta unos jeans desgastados que evocan la despreocupación de toda una generación: cada prenda cuenta una historia que se convierte en parte de nuestra propia narrativa cuando la llevamos.
Más allá de su significado sentimental, usar ropa de segunda mano es un abrazo al planeta. En un mundo que enfrenta problemas ambientales y explotación laboral, esta elección refleja nuestra preocupación por reducir nuestra huella de carbono y frenar la voracidad de la moda rápida. Cada prenda usada representa un paso hacia un mundo más sostenible y consciente.
Además, la singularidad es uno de los mayores tesoros de la ropa de segunda mano en un universo donde la uniformidad a menudo prevalece, porque estas prendas nos permiten destacar y expresar nuestra autenticidad. Al elegirlas, estamos diciéndole al mundo que valoramos ser únicos y auténticos.
La búsqueda de estas joyas de segunda mano es una aventura en sí misma que trasciende a la prenda, ya que implica un proceso de descubrimiento que alimenta nuestra creatividad.
Por eso, cada vez somos más corazones los que latimos para darle nueva vida a objetos y prendas que ya existen, como hace la fotógrafa barcelonesa Martina Matencio. Conocida en redes como Lalovenenoso, Martina es una artista con el corazón abierto y con una sensibilidad que sobrevuela cada uno de sus pasos, artísticos y vitales.
Martina tiene un idilio perpetuo con la luz y logra llevarnos de viaje a lo más profundo de sus modelos, a los que desnuda, literal y figuradamente.
Experta en evocar más que en ostentar, sus composiciones emanan una sensación de calidez, belleza y sensualidad, filosofía que lleva también a su relación con la ropa y objetos vintage y de segunda
Matencio es una de las precursoras de la segunda mano en España con Luna de Marte, su tienda online en la que la estética y el amor por las segundas oportunidades de los objetos, despertaron su pasión por la ropa, el coleccionismo y por la fotografía.
Martina, consciente de la importancia de derribar prejuicios y de animarnos a hacer esta búsqueda de la prenda perfectamente imperfecta, ha decidido abrirnos su armario a través de una colección cápsula subida a Vinted, el marketplace online dedicada a la compra y venta de artículos de segunda mano, en nuestra cuenta de Cultura Inquieta.
La misión de Vinted es hacer de la segunda mano la primera opción en todo el mundo, alargando la vida útil de la ropa y contribuyendo a reducir el impacto negativo de la industria de la moda sobre el clima.
Vinted es una comunidad: las personas pueden interactuar entre sí y aprovechar la oportunidad de dar una segunda vida a sus prendas, haciendo elecciones que son mejores para el clima. En la actualidad, cada vez más personas se unen a la plataforma para experimentar la belleza de encontrar y desprenderse de cosas que ya no nos sirven, pero que siguen exudando vida.
En resumen, la belleza de usar ropa de segunda mano va más allá de lo estético.
Es un acto de amor por nuestro mundo que nos conecta con el pasado, compromete un futuro más sostenible a la vez que celebra nuestra singularidad.
En un mundo obsesionado con lo nuevo y lo efímero, recordemos la belleza de lo antiguo, lo auténtico y lo sostenible.
Gracias a Martina por abrirnos su armario y una parte de su corazón y a Vinted por ser el soporte de esta canción de amor por lo que ya existe.
Seguid nuestro armario en Vinted, aquí