La artista, de raíces galesas y ghanesas, teje su identidad en sus obras textiles, mientras empodera su cabello en una sociedad predominantemente blanca.
Liberación, orgullo, reivindicación y un gesto político son algunas de las connotaciones que implica lucir el pelo afro al natural en nuestra sociedad actual. Reivindicar el cabello que luce una parte de la población es un gesto de lucha, una manera de empoderarse que también traspasa las barreras del arte.
La artista textil Anya Paintsil traslada una reivindicación muy personal y pública en sus obras, usando una plataforma artística poco frecuente en las críticas políticas.
A través de sus alfombras y tapices, Paintsil rinde homenaje a sus raíces galesas y ghanesas; una herramienta con la que, a través del humor, consigue enganchar al espectador e invitarle a una reflexión más profunda, a veces oscura, sobre el racismo en la sociedad.
Photo credit: City & County of Swansea. Glynn Vivian Art Gallery Collection.
Photo credit: City & County of Swansea: Glynn Vivian Art Gallery Collection.
Siendo de Gales, todo el mundo daba por hecho que Paintsil era blanca, como su madre. De pequeña pudieron enseñarle a cuidar su cabello afro de la manera correcta, porque ninguna mujer en su familia sabía hacerlo. Así que, con 9 años y la ayuda de tutoriales de YouTube, comenzó a peinarse honrando sus raíces, abrazando una parte muy importante de su identidad.
Esa relación tan especial con su cabello se traslada en sus obras, donde aplica las técnicas de latch hooking (técnica para tejer alfombras con una aguja especial) que de pequeña aprendió de su abuela.
“Fui educada en un colegio de habla galesa donde era una de las pocas estudiantes negras. Casi todo el mundo era blando, y nadie sabía qué hacer con mi pelo”, recuerda Paintsil en una entrevista con Art UK. “Me di cuenta de la relación que había entre las técnicas para tratar el cabello afro y el latch hooking que me enseñó mi abuela. Pensé que era muy interesante cómo las técnicas se parecían entre sí y usaban herramientas similares para hacer cosas muy diferentes y en distintas comunidades”.
Raíces, historia, identidad y tradición por una técnica textil se unen en las obras de Paintsil, quien celebra el pelo afro añadiendo a veces parte el suyo propio a la obra para resaltar las implicaciones que tiene lucir este tipo de cabello en una sociedad predominantemente blanca.
Anya se incluye en sus alfombras a través de su pelo, tejiéndolo junto al resto de lanas y materiales. Su historia queda tejida para siempre en su arte, sus reivindicaciones, sus raíces. Así, desafía la idea de que el pelo (y en especial el afro) no es una forma elevada de arte ni encaja en una galería.
“Los espectadores ya no sienten que pueden agarrar o tocar mi pelo porque ahora se ha transformado en ‘arte’”.
Anya Pastil: Instagram
h/t: ArtUK