Frente a la segunda ola, Bélgica ha endurecido sus restricciones decretando un nuevo encierro durante seis semanas. Sin embargo, las librerías podrán permanecer abiertas al haber sido considerada la literatura como una ayuda para sobrellevar la ansiedad y el malestar que nos está generando la situación.
Al igual que supermercados, gasolineras o tiendas de alimentación, las librerías seguirán al pie del cañón con el fin de cuidar la salud mental de los ciudadanos. Así lo decidía hace unos días el gobierno de este país.
"Nada mejor que abrir un libro para escapar de la terrible situación que estamos viviendo. Nos parece fundamental desarrollar la atención a los más vulnerables, pero también al nivel de salud mental de todos los belgas. La cultura tiene un papel muy importante que desempeñar en esta área", explicaba Georges Gilkinet, viceprimer ministro belga en unas declaraciones al diario Le Soir.
No fue así durante el primer confinamiento, cuando tuvieron que cerrar durante dos meses, pero rectificar es de sabios. Los libreros celebran este cambio y se comprometen a adoptar todas las precauciones sanitarias posibles.
h/t: Arcadia