Es muy delgada la línea entre ser un visionario o una visionaria o ser una persona con un narcisismo desaforado de las que se aferren a teorías de la conspiración que ponen en tela de juicio realidades tangibles o demostradas.
Desde que la Tierra es plana o que el Coronavirus no ha existido hasta que las vacunas causan autismo, lo cierto es que hay personas empeñadas en ir a contracorriente o sentirse fuera de un rebaño controlado por grandes poderes ocultos.
Aunque es respetable (hasta cierto punto) tener cualquier opinión, pensamiento o filosofía vital, lo cierto es que unos estudios aseguran que la actitud, digamos narcisista, de muchos y muchas creyentes de las teorías de la conspiración, podría responder a algo concreto.
Actualmente, dos estudios individuales han arrojado luz sobre este colectivo y asegura que estas personas podrían creer en teorías de conspiración para sentirse únicas. Según lo recogido por PsyPost, los dos estudios están disponibles en Social Psychology y European Journal of Social Psychology.
La primera investigación se titula I know things they don’t know!. En ella participaron más de 1.000 personas. Los investigadores encontraron que las personas que apoyaban las teorías de la conspiración tenían más probabilidades de pensar que tenían información que nadie más tenía.
También encontraron que aquellos y aquellas que querían ser más únicos y únicas también tenían más probabilidades de creer en una teoría en particular.
“Estos estudios sugieren que las teorías de la conspiración pueden servir al deseo de las personas de ser únicos, destacando un fundamento motivacional de la creencia de la conspiración”, dijo en su artículo el equipo, dirigido por Anthony Lantian de la Grenoble Alps University en Francia.
Sin embargo, señalaron que no estaban seguros de si esto era una consecuencia de lo que promulgaban las propias teorías de la conspiración, o si solo se debía al hecho de que las teorías no eran las convencionales.
En el segundo estudio, también se utilizaron más de 1.000 participantes. Titulado Too special to be duped, en él se demostró que el deseo de sobresalir entre la multitud impulsaba a tener creencias irracionales.
En tres experimentos, encontraron hallazgos similares. Es decir, las personas que querían ser únicas tenían más probabilidades de creer y respaldar teorías de la conspiración. También encontraron que una teoría de la conspiración inventada recibió más apoyo cuando se les dijo a los participantes que solo una minoría de personas la creía.
“Juntos, estos hallazgos respaldan la noción de que las creencias conspirativas pueden adoptarse como un medio para lograr un sentido de singularidad”, escribieron los autores, Roland Imhoff y Pia Karoline Lamberty, de la Johannes Gutenberg University de Mainz en Alemania.
Igual la única teoría no conspiratoria que hay cierta es la del ansia por destacar y sobresalir sobre los demás en un mundo que peca de estar adoctrinado y manipulado por los medios.