Según la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, las personas emocionalmente fuertes no son las duras de carácter, las inflexibles o las que adoptan una tendencia a imponerse a los demás. La fortaleza emocional no se expresa a través de gestos de fuerza, sino, principalmente, de resistencia y autocontrol.
Por eso, todos los rasgos de las personas emocionalmente fuertes están relacionados con el concepto de moderación y equilibrio. Venimos al mundo sin lo uno y sin lo otro, aunque con la potencialidad para desarrollar ambos.
El autocontrol es la palabra clave. Este no tiene nada que ver con la represión, sino con la habilidad para tramitar lo que sentimos, de modo que no se desborde y nos lleve a actuar de manera que no nos hagamos daño a nosotros mismos o a los demás. Los rasgos de las personas emocionalmente fuertes nos hablan de autocontrol. Estos son 7 de ellos:
1. No buscan llamar la atención
Estas personas se validan a sí mismas. Esto quiere decir que no dependen de la opinión de los demás para pensar o sentir que lo suyo es válido o adecuado. Se guían por su propio criterio.
2. La reafirmación, uno de los rasgos de las personas emocionalmente fuertes
Este rasgo se encuentra estrechamente relacionado con el anterior. Uno de los rasgos de la fortaleza emocional es la capacidad para afrontar el rechazo y tramitarlo sin que haga daño, deje huellas o condicione las actuaciones.
A todo el mundo le duele el rechazo de otras personas. Sin embargo, cuando esto origina un miedo excesivo, terminamos diciendo “sí” cuando queríamos decir “no”, por temor a que nos excluyan o nos cuestionen. Hay fortaleza emocional cuando enfrentamos ese miedo y lo gestionamos adecuadamente.
3. Hacen lo que desean
Hacer lo que uno desea no significa actuar arbitraria y caprichosamente. Una persona emocionalmente fuerte es capaz de decidir qué desea tras un proceso de reflexión. También tiene la voluntad suficiente como para ir tras ello y no cesar en su empeño por lograrlo.
4. No buscan perjudicar a los demás
El deseo de dañar a otros solo nace cuando dentro de nosotros hay algo que está desestructurado o mal resuelto. Los seres humanos, en todas las circunstancias, necesitamos de los demás. Somos seres interdependientes.
Una persona saludable emocionalmente sabe esto y por eso ve a los otros como iguales. Los respeta y los valora, tanto como desea ser valorado y respetado. Sabe que la cooperación y la comprensión son vías para llegar a una vida más plena.
5. Eligen a sus amistades
Las personas emocionalmente fuertes son selectivas con las personas que dejan entrar a sus vidas. Comprenden que una parte del bienestar depende de la calidad de relaciones que establezcan con los demás. Por eso rechazan los vínculos abusivos, conflictivos o desgastantes. Buscan, básicamente, relaciones humanas sanas.
6. No temen el cambio
No tenerle miedo al cambio es una señal inequívoca de fortaleza emocional. Si somos o nos sentimos frágiles, lo normal es que busquemos rutinas rígidas como una manera de protegernos. Sentimos que esto nos da seguridad, aunque nos prive de una vida más plena.
Cuando nos percibimos como personas emocionalmente fuertes, se aviva el deseo de explorar, de cambiar. Por eso buscamos nuevas experiencias. Lo nuevo siempre genera algo de temor, pero también es la única forma de avanzar en muchos momentos de la vida.
7. No son influenciables
Alguien que es fuerte emocionalmente cuestiona la información que recibe. Antes de aceptarla, la digiere y la evalúa. Le tiene sin cuidado seguir tendencias o aferrarse a las modas, físicas o mentales, del momento.
Esto, sobre todo, exige comprender que cada uno de nosotros, y solo cada uno de nosotros, sabe lo que es bueno para sí mismo.