Aunque muchas personas no crean en esas cosas que no pueden demostrarse científicamente o pueden ser vistas, hay algo que por tradición, folclore o mecanismos cerebrales inexplicables en lo que sí creemos: la superstición.
La supersitición se define justo así, como una creencia contraria a la razón que atribuye una explicación mágica a la generación de los fenómenos, procesos y sus relaciones sin ninguna prueba o evidencia que pueda demostrarse lógicamente.
Ser supersticioso es algo que va íntimamente ligado a la buena y a la mala suerte y, en consecuencia, va relacionado también a cosas y hechos que pueden proporcionarnos buena o mala fortuna.
Desde tiempos inmemoriales, los gatos negros han estado relacionados a tener mala suerte, a la brujería o a la magia y a las fuerzas oscuras, pero, ¿por qué existe esta asociación que estigmatiza a los felinos azabaches?
No siempre estos animales han tenido mala fama. Se sabe que los egipcios, allá por el año 2900 a.C., ya le rendían culto a la diosa Bastet, a quien se le atribuían propiedades tanto de la mujer como del gato.
Era diosa de la guerra, de la fertilidad, guardiana del hogar y también era relacionada con el culto a la Luna. Se cuenta que defendió a Ra (el dios Sol) de Apofis (deidad del mal con forma de serpiente).
Pero fue en la Edad Media cuando el gato negro adquirió su mala fama, porque se pensó que este animal era un fiel sirviente de las brujas. Durante el siglo XIII, la Iglesia inició una persecución contra ellos, al considerar que las brujas se transformaban en gatos negros o que poseían temporalmente el cuerpo de estos felinos para moverse libremente sin llamar la atención.
Se convirtió a estos animales, al mismo tiempo, en símbolos del Diablo. Desde entonces, se cree que los gatos negros traen mala suerte también porque el color negro es algo asociado al misterio, a la noche y todos los peligros que encierra.
A partir de aquí, esta superstición presenta variantes dependiendo de la cultura de cada país. Por ejemplo, en algunos sitios se dice que ver a un gato negro trae mala suerte, mientras que en otros, la mala suerte se da si se nos cruza en nuestro camino.
También se dice que para que esto ocurra, debe haber pasado la medianoche. Otras versiones sostienen que si vemos al gato alejarse es que se acaba la mala suerte, mientras que si viene hacia nosotros, entonces la mala suerte viene con él. También hay creencias sobre estos felinos totalmente opuestas.
Para los ingleses, este animal es símbolo de buena suerte. Un conocido dicho popular afirma: "El que mata a un gato negro, tendrá siete años de mala suerte para él y los suyos". Los gatos son exterminadores de plagas, por lo que si matamos a un gato, tendremos "plagas" en nuestra casa.
Se cree que debido a la desproporcionada persecución que hubo hacia los gatos por parte de la Iglesia en el siglo XIII, su población disminuyó tanto que estuvieron a punto de extinguirse, siendo un factor que contribuyó a la devastadora epidemia de peste que invadió Europa en el s. XIV, pues esta enfermedad se propagaba por las ratas.
Conclusión: podemos dejar de creer en la mala suerte y empezar a creer en el karma.