La escasez de órganos trasplantables lleva a que los científicos se apresuren a brindar más opciones a los pacientes que necesitan un transplante con urgencia. En los meses que llevamos de año se ha producido un avance gigantesco: unos cirujanos de la facultad de Medicina de la Universidad de Maryland han insertado con éxito un corazón de cerdo modificado genéticamente en un ser humano.
El cuerpo humano rechazaría un corazón de cerdo normal, por lo que el que se usó en el trasplante se editó genéticamente con deiz modificaciones, incluida la eliminación de un azúcar. Los médicos del paciente de 57 años informaron que, considerando la hazaña, el hombre goza de buena salud, aunque persisten algunos riesgos para la salud.
Actualmente, unos científicos alemanes han dado a conocer su intención de clonar y criar cerdos genéticamente modificados, con corazones de una configuración más simple que la utilizada por los científicos de Medicina de la Universidad de Maryland.
En lugar de los diez cambios genéticos, las nuevas versiones, derivadas del corazón de la raza Auckland Island, contarán con cinco, según ha informado la agencia Reuters.
Aunque se puede decir que este proceso tiene potencial suficiente como para acortar la lista de espera de órganos donados y con ello, salvar más vidas humanas, es comprensible que haya causado malestar entre los activistas por los derechos de los animales, quienes señalan que se está ignorando la importancia de la vida de los mamíferos.
“Los animales no deberían servir como piezas de repuesto para los humanos”, comunican desde la Asociación de Bienestar Animal de Múnich. “Todos los animales, sean mascotas o hayan sido criados para investigaciones, tienen las mismas necesidades, miedos y también derechos”.