The Beatles, The Rolling Stones, The Who, The Kinks... fueron, en la década de los 60, parte de los que se encargaron de disipar los fantasmas de una época oscura de postguerra en la historia de Londres.
Aquí empezaba una era hedonista llena de optimsmo que cambió el color de las calles londinenses, su banda sonora, la moda y la vida en general. Llegaba una revolución cultural conocida como "Swinging London".
Tanto la denominación de “Swinging Sixties” como la de “Swinging London”, surgieron a raíz de la creación de una emisora de radio pirata, conocida como Swinging Radio England, que emitía de forma fraudulenta desde el Mar del Norte.
El epicentro de este renacer social y cultural, fue la calle Carnaby Street, donde se daban cita artistas, mods, iconos de la moda y el diseño, como Mary Quant que abanderó su propia revolución al inventar la minifalda con su musa la frágil y bella Twiggy.
Se hacía con la democracia de los valores populares y estéticos a través del objetivo del genial Dennis Hopper y la magia infinita de Andy Warhol. Atrás quedaban un Londres en blanco y negro para dar paso a una era de catarsis cultural y creativa.