El gran Eduardo Galeano (Montevideo, 1940 -2015) escritor y periodista uruguayo, era capaz de indagar en lo más profundo del alma.
Era capaz de sacudir el corazón bruscamente, sin avisar, y lo hacía con frases que emergían leves, sin artificios, con esa musicalidad uruguaya y casi angelical. Os dejamos una de sus lecciones de vida. Emotiva, real, hermosa... sigue sin dejarnos sin palabras.
Es tiempo de vivir sin miedo, Eduardo Galeano:
Hacemos nuestras las palabras de Carlos González, para rendir un pequeño homenaje a Eduardo Galeano:
"Gracias por dar la mano a una humanidad rota por la ignorancia de que hay un corazón que la une, corazón al que tú, maestro, siempre estuviste unido.
Hoy la humanidad no te llora porque dejaste en ella tu pedazo de esperanza, por eso hoy te envío una sonrisa y te digo: tranquilo, no sufras más por la humanidad, tú has generado muchos amigos que con su amor sembrarán un futuro de esperanza, que desvelarán y pondrán en pie los sueños que esperan en los corazones de muchas personas para crear un nuevo mundo en el que la vida será poética, pues mente y corazón estarán en la misma rima.
Por fin se escribirá la tercera parte del Quijote, que se llamará "Don Sancho y don Quijote", en la que imaginación y realidad harán posible lo imposible: una humanidad sabia que sabe vivir desde el corazón.
Gracias, amigo, por tus semillas, las cuidaremos hasta que tu nombre sea pura esencia de la humanidad".
El miedo global, por Eduardo Galeano
Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes.
Al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir y a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue.
Miedo a lo que será.
Miedo de morir.
Miedo de vivir.