El 2 de noviembre de 2003 la noticia de la muerte de Xela Arias conmocionaba al mundo cultural y literario de Galicia. Se trataba de un hecho inesperado dada la juventud de la poeta, 41 años, y a que su salud no parecía presagiar este desenlace.
Las reacciones de consternación, especialmente de otras escritoras gallegas, fueron inmediatas y figuras consagradas como Maria Xosé Queizán, entre otras, destacaron su impor- tante aportación a la poesía gallega contemporá- nea.
Entre las escritoras que lamentaron su prematura desaparición se encuentra Chus Pato, que a menudo la crítica adscribe a la generación de los 80 como a Xela. Precisamente la pertenencia a ese grupo marcó la valoración de su poesía hasta su muerte.
Hoy, 18 años después, Galicia recupera en el Día das Letras Galegas la obra comprometida y transgresora de una renovadora de la literatura de los ochenta. Feminista. Nacionalista. Rompedora. Galicia se entrega para conmemorar a sus letras a una poeta contemporánea tan contundente como aparentemente frágil.
Una escritora tan rotunda en sus reivindicaciones como silenciada durante años: una voz “singular, transgresora y comprometida”, en palabras de la Real Academia Galega que la ha elegido para dedicarle este año el Día das Letras Galegas, que se celebra hoy y que conmemora la publicación en 1863 de la primera edición de Cantares gallegos, el poemario de Rosalía de Castro convertido en el gran símbolo del Rexurdimento gallego.
Xela se consolida en las almas de todos los poetas y, de los que disfrutamos con los bailes de letras, como una mujer de la generación que renovó en la década de los 80 la poesía gallega y que fue pionera en la traducción de clásicos. Xela Arias, nacida en Lugo en 1962 aunque pasó casi toda su vida en Vigo hasta su repentina muerte en 2003, sigue vigente.
El primer poemario de Xela, Denuncia do equilibrio (1986), presenta una temática heterogénea donde una deliberada despreocupación por la forma cede el protagonismo al fondo. En el que se desgranan obsesiones que se repiten a lo largo de toda su obra, con un lenguaje poético personal, que podríamos calificar de vanguardista, con un código de símbolos propio, que mantiene en todos sus poemarios.
Tradujo al gallego numerosas obras y fue premio de traducción Ramón Cabanillas. Colaboró en diversas publicaciones y recitales poéticos.
Xela Arias, Pues aquí están...
Pues aquí están los imaginarios sin forma
ni palabra,
aquí los errores convertidos,
los favores inconvenientes aquí.
Y la voluptuosidad, y lo ilimitado,
y la sierra profunda entera y el mar
completo.
Ni lo social ni lo establecido.
Y no hay juez aquí.
Pois aquí están os imaxinarios sen forma
nin palabra,
aquí os erros conversos,
os favores inconvenientes aquí.
E a voluptuosidade, e o ilimitado,
e a serra profunda enteira e o mar
completo.
Nin o social nin o establecido.
E non hai xuíz aquí.
Feliz día a todos los galegos e galegas que creen en la poesía y en la justicia poética. Va por ti, Xela.