Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de junio de 1986) fue escritor, poeta, ensayista y traductor. Pero, sobre todo, fue un hombre sin etiquetas, un alma que fluía por los confines de la narración y los expandía a su antojo. Su marcada y crítica personalidad también salía a la luz como lector.
Él mismo presumía más de lo que había leído que de lo que había escrito. Tenía una memoria prodigiosa y por ello sus juicios literarios siempre fueron tomados en cuenta.
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En una entrevista televisiva en Argentina, Jorge Luis Borges compartió sus opiniones sobre varios escritores latinoamericanos consagrados. Aunque estos autores fueron y siguen siendo alabados por crítica y público, Borges ofreció reflexiones contundentes y poco convencionales.
Resulta llamativa su poca estima por la literatura de autores chilenos como Neruda y Mistral, ganadores del Nobel de Literatura. Algo que parece aún más osado si tenemos en cuenta que Borges no lo ganó.
El argentino, con gran sinceridad y poca corrección política, pero cierta elegancia también, explica antes de responder a los cuestionamientos de los escritores famosos que a él le disgustan "pero me puedo equivocar", reconociendo que su gustos no tenían por qué ser canónicos.
Horacio Quiroga
Borges mencionó que, si bien los cuentos de Horacio Quiroga inicialmente fueron impactantes, no dejaban una impresión duradera en la memoria. Comentó que los cuentos de Quiroga requieren esfuerzo para ser leídos, pero que, a largo plazo, sólo se recuerdan por sus elementos fuertes o impactantes.
Gabriela Mistral
Sobre la poetisa chilena Gabriela Mistral, Borges fue especialmente crítico. Señaló que Mistral fue apreciada en Suecia debido a que cumplía con estereotipos que encajaban con lo que se esperaba de una escritora sudamericana. Por ejemplo, tener sangre indígena, escribir de manera sentimental y ser morena. Según el argentino, su obra no ofrecía más allá de estos requisitos superficiales.
Pablo Neruda
Borges incluyó a Pablo Neruda en su lista de escritores sobrevalorados. Aunque reconoció que había leído mucho del autor, consideró sus poemas, especialmente aquellos dedicados a objetos cotidianos como la cebolla, la lechuga y el apio, como una vergüenza. Comparó uno de sus versos con un tren recitado como un rosario, señalando que no encontraba valor en su estilo lírico.
Alfonsina Storni
De Alfonsina Storni, Borges recordó solo un verso, el cual se refería a los pájaros y un árbol. Resaltó cómo llamaba a los pájaros "inquilinos" del árbol, apreciando la idea, pero fue crítico con el resto de su obra, considerándola poco memorable.