Robert Allen Zimmerman, mejor conocido por nosotros como Bob Dylan, nacido el 24 de mayo de 1941 en Duluth, Minnesota.
Durante su infancia en Hibbing, un pequeño pueblo minero, se fascinó por los sonidos de la radio, desde el country y el blues hasta el rock and roll naciente. Inspirado por artistas como Hank Williams y Little Richard, comenzó a tocar el piano y la guitarra en su adolescencia, formando parte de varias bandas escolares. Sin embargo, Dylan ya mostraba inquietudes que iban más allá del simple entretenimiento; buscaba algo más profundo en la música.
Ha sido influencia y parte de la cultura popular durante las últimas cinco décadas. En particular, sus composiciones de los años 60 dejaron una marca indeleble en la psique de los tiempos y nos ofrecieron los himnos y melodías que, hoy en día, seguimos asociando con los derechos civiles y las protestas contra la guerra.
A modo de curiosidad, a pesar de su popularidad actual, la versión de "Blowin' in the Wind' de Dylan no alcanzó los "top ten". Peter, Paul & Mary tuvieron el honor de llevarla al número 2 en 1963 y Stevie Wonder, 3 años más tarde, al número 9.
En 1959, Dylan se matriculó en la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, donde su horizonte musical se amplió aún más. Fue en ese periodo cuando descubrió la música folk, particularmente la de Woody Guthrie, que marcaría un antes y un después en su trayectoria. Guthrie, con sus canciones cargadas de historias y crítica social, encarnaba una autenticidad que Dylan encontraba fascinante. Fue entonces cuando comenzó a tocar en pequeños cafés del área de Dinkytown, utilizando un estilo más acústico e intimista que conectaba con el espíritu del folk.
En 1961, Dylan decidió trasladarse a Nueva York, un movimiento audaz que cambiaría su destino. Allí buscó a su ídolo, Woody Guthrie, quien estaba hospitalizado debido a la enfermedad de Huntington. Las visitas a Guthrie fortalecieron su compromiso con el folk y la canción como herramienta de expresión social. Mientras tanto, Dylan empezó a hacerse un nombre en los clubes del Greenwich Village, un epicentro cultural de la época. Su carisma en el escenario y su habilidad para reinterpretar clásicos del folk lo hicieron destacar rápidamente en un ambiente altamente competitivo.
Ese mismo año, la revista The New York Times publicó una reseña elogiosa sobre Dylan, lo que atrajo la atención de la discográfica Columbia Records. En 1962, lanzó su álbum debut homónimo, que aunque contenía mayoritariamente versiones de canciones tradicionales, incluía un par de composiciones originales que mostraban su incipiente talento como compositor. Estas canciones marcaron el inicio de una carrera que pronto lo establecería como una de las figuras más influyentes de la música y la cultura popular del siglo XX.
