Hay personas que deberían ser eternas porque proyectan todo el amor que tienen dentro y lo comparten con generosidad con el mundo entero. Deberían ser infinitas por cómo afrontan y abrazan la vida pero también por la manera que tienen de mirar con entereza a la muerte.
El contexto que rodea el último discurso público de Pepe Mujica es una mezcla de profunda emoción y gran simbolismo. Mujica, quien fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, ha sido un referente de la izquierda latinoamericana por su estilo austero y su visión progresista
En esta ocasión, reapareció en el cierre de campaña del Frente Amplio, tras varios meses sin poder participar activamente debido a su tratamiento contra el cáncer de esófago, que ha marcado su estado de salud y lo ha mantenido en constante lucha.
En un emotivo discurso, Mujica, de 89 años, habló desde lo más profundo de su corazón, admitiendo que se encuentra en la fase final de su vida. «Estoy peleando con la muerte», expresó, mientras relataba su lucha contra el cáncer de esófago que le ha afectado gravemente en los últimos tiempos.
Habló de su fe en las nuevas generaciones, quienes, según él, deberán asumir la responsabilidad de construir un Uruguay mejor. «Cuando estos brazos se vayan, habrá miles de brazos sustituyendo la lucha», expresó.
Mujica siempre ha sido un defensor del trabajo en equipo y de la importancia de las instituciones democráticas, y en esta ocasión no fue diferente.
Así se despide un hombre que sabe que nunca se irá
"No me voy. Estoy llegando. Me iré con el último aliento, y donde esté, estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo."